Para millones de personas en todo el mundo, el coronavirus está poniendo fin a las rutinas diarias. A medida que nos enfrentamos a un futuro impredecible, ¿Qué cosa tangible se puede hacer en respuesta? Franklin Graham compartió las siguientes ideas el lunes en Facebook.

Hace muchos años, el gran escritor y teólogo A.W. Tozer hizo esta profunda declaración: «Un mundo asustado necesita una iglesia sin miedo».

Eso es tan cierto. Durante este tiempo con el coronavirus, el miedo se apodera de los corazones de las personas de todo el mundo. Hay una montaña de ansiedad y alarma, y ​​todavía se está construyendo. Es tan real como el virus en sí, pero es tratable.

Hay personas necesitadas que podemos contactar para ayudar. Como un bombero corre hacia el fuego, la iglesia necesita responder a las crisis que nos rodean. Los que somos la iglesia necesitamos levantarnos y ser las manos y los pies del Señor Jesucristo.

«El virus no es lo único contagioso».

Durante estos días de menos actividad grupal y reuniones, todos podríamos tomarnos el tiempo para llamar y chequear a los ancianos u otras personas que están solas. Tal vez podrías ofrecer alcanzarles algunos alimentos u otras necesidades que puedan requerir. Hablar con alguien por teléfono, escuchar lo que está pasando y, lo más importante, orar con ellos, podría cambiar no solo su día, sino también su perspectiva completa.

Necesitamos compartir la «razón de la esperanza que hay en ti» (1 Pedro 3:15). Jesucristo es nuestra esperanza, nuestra ancla, nuestro consuelo y nuestra paz. Compartamos su amor con tantas personas como podamos, haciendo que cada día cuente. Cristianos, Dios puede usarlos.

El virus no es lo único contagioso. ¿Qué pasaría si tuviéramos un brote de personas que ayudarán a las personas y una gran erupción de oración?

Fuente: Billy Graham Evangelistic Association