Al menos 124 ataques a iglesias en Siria se han reportado desde que comenzó la guerra civil, y el régimen del Presidente Bashar al-Assad es responsable de 60 de esos ataques, según un reporte de la oposición minoritaria.
La organización no gubernamental que monitorea el conflicto sirio, Red Siria por los Derechos Humanos, publicó un reporte el 5 de septiembre, titulado: «Lugares Cristianos como Blanco, una Amenaza para el Patrimonio Mundial».
El reporte expresa el trabajo de monitoreo diario de la organización, así como también el desarrollo de redes en distintas comunidades desde 2011.
Se registran ataques que incluyen bombardeos sobre lugares civiles de culto cristiano, donde no tienen cobertura militar, y otros donde se desalojó al pueblo para convertirlos en bases de las fuerzas armadas.
En algunos casos, existen edificios y lugares que fueron atacados más de una vez.
El reporte atribuye al gobierno oficial «la responsabilidad primaria» por el 60% de los «ataques a lugares de culto cristiano en Siria» entre marzo de 2011 y septiembre de 2019.
El régimen de Assad estuvo involucrado en 75 ataques contra 48 iglesias en los 8 años que lleva la guerra civil.
Según el reporte los ataques, atribuidos al régimen oficial, se llevaron adelante por las fuerzas de seguridad, las milicias locales y las milicias chiítas (enviadas por Irán para apoyar a Assad).
El reporte también muestra que la facción armada opositora fue responsable por 33 ataques a 21 iglesias, mientras que el Estado Islámico atacó en 10 oportunidades sobre 8 iglesias. La alianza entre el frente Farah al-Sham y otros grupos opositores, fueron responsables de dos ataques sobre dos iglesias.
Cuatro ataques se le atribuyeron a «otros partidos».
«A pesar de que los lugares de culto son considerados como propiedades culturales y religiosas que deben ser protegidas; la constante exposición al fuerte
fuego cruzado ha dado como resultado una destrucción parcial o total de muchos de estos lugares», denuncia el reporte.
«Tener a estos lugares Cristianos como blanco es una forma de intimidación contra la mayoría cristiana en Siria. El gobierno sirio es el responsable directo por la destrucción, el desplazamiento, y el colapso sirio….»
Muchos en Siria desean ver un sistema de gobierno democrático y escapar del autoritarismo de Assad y de su familia.
Mientras que el régimen dice ser un «protector de los cristianos» en Siria, la organización denuncia que Assad ataque a las comunidades que percibe están en su contra o descontentas con el régimen.
Antes de que la guerra comenzara, los cristianos constituían un 7.3% de la población Siria, aproximadamente 1.7 millones de personas. Hoy en día, se estima que solo quedan menos de 450.000 en el país.