Los antiguos vecinos de Asia Bibi creen que ella merece ser ejecutada por las acusaciones de haber insultado al profeta Islámico Muhammad a pesar de que su confesión fue forzada.
“Ella confesó su crimen frente a ellos, ¿Cómo pueden perdonarla?” preguntó Muhammad Bota de 50 años el jueves durante una entrevista con The Telegraph.
Ittan Wali en la rural Punjab en Pakistán, es donde Bibi, una madre cristiana de cinco hijos, fue acusada por primera vez hace casi 10 años atrás por musulmanes compañeros de trabajo de haber insultado al profeta islámico, una acusación que siempre ha negado.
La acusación de blasfemia, uno de los crímenes más serios en el país de mayoría islámica, llevó a Bibi al encarcelamiento en el corredor de la muerte antes de que finalmente fuera absuelta en octubre por la Corte Suprema de Pakistán y le fuera otorgada la libertad, aunque ella todavía está detenida y no puede dejar el país.
La decisión controversial de liberar a Bibi provocó malestar generalizado y protestas de los islamistas de línea dura del país quienes declararon su oposición a la presión internacional que influenció a los jueces.
Mientras que los grupos vigías de persecución y organizaciones de derechos humanos han condenado a Pakistán por sus leyes de blasfemia, los aldeanos en Ittan Wali le dijeron al Telegraph que Bibi confesó en esa instancia haber insultado su fe y su sentencia de muerte debería mantenerse.
“Yo moriría en el nombre de mi religión y si alguien ha cometido blasfemia, entonces ellos no están perdonados,” dijo Shawkat Ali un granjero de 62 años. “Si la Corte Suprema tiene algo de fe en la religión y si son musulmanes, debería ejecutarla.”
Los aldeanos insisten que después de discutir con sus compañeros de trabajo, Bibi fue enviada con el clérigo local para explicar sus palabras, que es el lugar donde ella presuntamente confesó haber insultado al profeta islámico.
Qari Muhammad Salam, el clérigo en cuestión, argumentó que el fallo fue “muy decepcionante,” y dijo que Bibi “de acuerdo a la ley merece la pena de muerte.”
“Si empiezas a perdonar a la gente en este problema, entonces se volverá rutinario que la gente cometa blasfemia y solo pida perdón,” dijo él.
“Deseamos que, si ella no hubiera pronunciado tales observaciones, y hubiera estado viviendo como antes, hubiera sido pacifico. Pero si alguien dice esto, entonces no hay compromiso en la dignidad del profeta [Muhammad]. Siendo musulmanes, creemos que estos son tiempos de prueba y deberíamos estar listos para ellos.”
La familia de Bibi continúa viviendo en peligro en Pakistán donde pasaron la Navidad esperando una oferta de asilo de otro país.
En octubre, Eisham Ashiqu, una de las hijas de Bibi, agradeció a Dios y a los cristianos alrededor del mundo por orar por su madre y su familia.
“Gracias a Dios, ella (Bibi) es libre y espero que nuestra familia completa pueda finalmente ser feliz y libre. Gracias a todos ustedes por orar por mi madre y los cristianos perseguidos,” añadió ella.