“No puede imaginar las horas que yo pasaba llorando delante del Señor y clamando a él por la sanidad de mi hijo. Aun tiene 5 años, los niños del barrio se burlaban de el. Iba a empezar una escuela especial.” dijo Roxana sobre su hijo Matías.
Matías nació en el campo, el tercero de tres hijos. A un año de edad, sus padres ya entendieron que Matías tenía una problema de audición, porque no respondía a los estímulos, como sus otros hermanos han hecho. Ellos esperaban que la situación mejorará con el tiempo, pero cuando Matías cumplió 2 años de edad, todavía no decía nada, y sus padres empezaron a preocuparse por la salud de su hijo. Los médicos locales les decían que los padres tenían que llevar a Matías lejos de su casa al Hospital de Niños Dr Notti, en la ciudad de Mendoza, para encontrar la causa de la falta de audición que él tenía. Esto no era fácil para gente del campo sin recursos, pero con la esperanza de que las especialistas pudieran hacer algo, la familia juntó los recursos. Roxana puede recordar el dolor que sentía cuando, después de hacer todos los estudios, los médicos en Mendoza le decían que su hijo tenía una deformación de los huesos a dentro de sus oídos, y por eso tenía sólo 15% de la audición normal. En el futuro, cuando los huesos estuvieran formados, podría ser posible hacer una operación para poner implantes a dentro de los oídos. Mientras tanto, la familia tendría que aprender a vivir con el hecho que su hijo era sordomudo.
Con mucha tristeza, volvió Roxana a su hogar con su hijo Matías. No había gente para ayudarles a comunicarse con su hijo, pero el pequeño Matías empezó a mostrar señas a su familia para que pudieran comunicarse con él de alguna manera. Pero, la mayor parte del tiempo, el niño tenía que vivir a dentro de su propio mundo. La familia ya se estaba congregando en una iglesia cerca de su casa, y ahora por las oraciones de sus hermanos, recibieron ánimo y fuerza para seguir adelante. Cuando Matías tenía 4 años, la familia fue invitada a una cruzada de milagros en la ciudad de San Rafael. Ellos tenían una expectativa grande que el Señor iba a ser algo por su hijo. Llegó el día de la campaña, y escucharon testimonios lindos de sanidad. En el momento de oración por los enfermos, Roxana pasó al frente con Matías en sus brazos. Pero cuando el evangelista puso sus manos sobre Matías y dijo “Jesús va a hacer un milagro en el tiempo que él crea conveniente.”
Al escuchar estas palabras, Roxana lloraba y pensaba “Dios, cuánto tiempo tenemos que esperar!” Pero luego, con su esposo decidieron creer la palabra dado por el evangelista, que Jesús iba a sanar a su hijo. Roxana recibió nuevas fuerzas para seguir con sus oraciones y soportar el sufrimiento de Matías. Menos de un año después de recibir la promesa, sus padres escucharon noticias que el evangelista iba a volver a San Rafael para una campaña de milagros. Juntos oraron “Que este sea el tiempo!” El primer día toda la familia fueron a la campaña, Matías corriendo entre la multitud que estaba en frente de la plataforma. Durante las oraciones por los enfermos escucharon el grito “Espíritu de sordomudo, te reprendo en el nombre de Jesús!” En ese momento Roxana vió que Matías tenía dos dedos dentro de sus oídos, como si algo le molestara. Luego los tapó con sus manos para bloquear el ruido de los parlantes. Sus padres tenían una esperanza que había un cambio en su hijo.
Al día siguiente, por primera vez en su vida Matías, empezó a repetir los nombres de sus hermanos, y imitar sonidos que escuchaba en el hogar. Durante una semana siguió mejorando su forma de hablar, y los padres decidieron llevarlo a un foniologo local, que les dijo “Esto es imposible! Esto no puede ser!”
La última noche de la campaña la familia subió a la plataforma, llorando con alegría, para dar testimonio que Jesús había hecho el milagro justo en su tiempo!