Minutos después de expresar su voluntad de morir por Cristo, la mitad de los niños que se encontraban en la escuela dominical de la Iglesia Sión en Batticaloa, murieron a causa de los bombardeos suicidas que tuvieron lugar en Sri Lanka.

«Hoy era domingo de Pascuas en la escuela dominical de la iglesia, y le preguntamos a los niños cuántos de ellos estaban dispuestos a morir por Cristo. Todos levantaron sus manos. Minutos después, los niños se unieron al servicio general y la tragedia ocurrió. La mitad de los niños murieron en el ataque,» dijo Caroline Mahendran, maestra de la escuela dominical.

Los reportes hablan de ataques simultáneos en iglesias y hoteles en todo el país, donde los cristianos representan menos del 10% de los 20 millones que conforman la población, y que tuvo como resultado 300 muertos hasta ahora y más de 500 heridos.

Fr. Kumaran, Pastor de la Iglesia Sión, contó como presenció la muerte de los niños después de discutir con el sospechoso.

Era cerca de las 8:30, dijo Kumaran, cuando vió al sospechoso llevando una mochila, que se sentaba entre las filas de los feligreses.

«Le pregunté su nombre. Dijo que era musulmán y que estaba de visita en la iglesia,» contó Kumaran.

El pastor recordó que otros líderes lo llamaron para dar el sermón. Mientras caminaba hacia el altar escuchó la explosión. Cuando se dió vuelta, la sangre de los feligreses incluyendo la de los niños, cubría las paredes de la Iglesia.

«Veintiocho personas murieron, entre ellas 12 niños. Dos continúan en grave estado,» dijo el Pastor.

Arasaratnam Verl, de 41 años, y su único hijo de 13 años, Jackson, se quedaron cerca de la puerta de entrada. Jackson murió en al acto.

«Además de mi hijo, mi hermana mayor también fue asesinada. Mi hermana menor y mi cuñado permanecen en estado crítico,» contó Verl.

«Nunca había escuchado el sonido de una explosión en mi vida,» dijo un vecino de la iglesia. «Cuando nos dimos cuenta de lo que realmente era, seguimos el sonido de las ambulancias para ver dónde era.

La escena era terrible, había sangre y partes humanas por todos lados. Se rompía el corazón al ver a los niños en ese estado.»

La iglesia de Sión fue una más de los blancos de los ataques simultáneos en Sri Lanka. El país y el mundo están consternados y en vilo por la magnitud de la tragedia.