Todos somos importantes para Dios y él nos ama desde el mismo principio de la concepción. Sin embargo, los niños parecen tener un lugar en el corazón de Dios y hay versículos en la Biblia en los que percibimos cuán preciosos son a los ojos de nuestro Señor, los niños. Leamos y reflexionemos sobre algunos de estos versículos.

1.Dios nos da vida, forma y nos tiene como un ser especial, recibiendo alabanza desde el vientre de una madre.

Salmos 139:13-16 (Reina-Valera 1960)

13 Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.

15 No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

16 Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

2.Los hijos como regalo de Dios y recompensa y flechas en mano de un guerrero.

Salmo 127:3-5

Los hijos son un regalo del Señor;
los frutos del vientre son nuestra recompensa.
Los hijos que nos nacen en nuestra juventud
son como flechas en manos de un guerrero.
¡Dichoso aquél que llena su aljaba
con muchas de estas flechas!
No tendrá de qué avergonzarse

3.Los niños, un ejemplo para toda la humanidad.

 En ese momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?
Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos.
(Mateo 18:1-4).

 

Es necesario cambiar nuestra perspectiva sobre los hijos y brindarles un trato amoroso, comprensivo y—en todo momento—edificante. En usted y en mí recae esa enorme responsabilidad.  

Observe por favor que la perspectiva que nuestro amoroso Padre celestial tiene de los hijos, es que son una enorme bendición para nuestra existencia. Y como tal, debemos recibirlos, criarlos y brindarles asistencia, cuidado y buena vida al interior de su hogar, e instruirlos en el camino diario con su creador.

El Señor Jesucristo quiere ayudarle en esa tarea; sin embargo, es fundamental que lo reciba en su corazón. Hoy es el día para tomar esa decisión. No deje que pasen los días sin que le abra las puertas de su corazón. Puedo asegurarle que no se arrepentirá… 

Salmo 147:13

 Porque fortificó los cerrojos de tus puertas; Bendijo a tus hijos dentro de ti.

 

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