CHELM, Polonia – con un poco más que la ropa que llevan puesta, cientos de mujeres ucranianas y niños esperan horas en fila para cruzar hacia Polonia como parte de el movimiento de personas más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Mueven sus pies silenciosamente, incluso aprehensivamente, hacia un futuro desconocido en un país que no es familiar para ellos.

Al llegar se sorprenden. Los voluntarios han pegado banderas ucranianas en las ventanas de sus autos y letreros en ucraniano que dicen, “pasajes gratis al refugio”. Los conductores llevan refugiados a la iglesia bautista en Chelm, a tan solo unos pocos kilómetros más adelante donde personas de todo el mundo – Polonia, Latvia, Inglaterra y Estados Unidos, por nombrar algunos – están ofreciendo un lugar seguro y seguridad por unas pocas horas, pocos días o por todo el tiempo que lo necesiten.

Las familias se sientan aturdidas en silencio en un área de recepción impromptu donde los voluntarios de las iglesias les indican a los refugiados que la iglesia tiene comida gratis, bebidas y lugares para dormir. La congregación también ha instalado un área de niños donde pueden jugar con burbujas o ver videos educacionales proyectados en una pantalla.

“Lo que estamos viendo es un movimiento de amor y generosidad en toda esta nación. Los polacos están abriendo sus puertas y sus brazos a los ucranianos. Los están llevando a sus iglesias. Los están llevando a sus hogares. Los están alimentando. Los están cuidando”, dijo Marek Glodek, presidente de la Unión Bautista de Polonia.

“Esto es a lo que Jesús llama a sus creyentes a hacer todo el tiempo. Los cristianos polacos están tomando muy enserio las enseñanzas de Jesús y las viven cada día durante esta situación”.

Más del 60% de las 110 iglesias bautistas polacas esta respondiendo a las necesidades de los refugiados ucranianos, muchas de ellas en formas dramáticas y radicales.

En una bodega en Chelm, las donaciones para los ucranianos están llegando tan rápido como están saliendo hacia los ucranianos y a los refugios en todo Polonia. Las entregas continúan aun a pesar después de que Rusia intensificara sus ataques en la porción occidental de Ucrania.

Al norte de Polonia, los miembros de iglesias instalaron un nuevo aislamiento, aire acondicionado, calentador, líneas eléctricas y camas para revitalizar un viejo campamento de verano y poder albergar a refugiados. Antes de que el trabajo estuviera finalizado, estaban albergando a 46 ucranianos – todos de una misma familia. Ahora pueden albergar a 60 más.

El trabajo es pesado, pero debe hacerse. “Simplemente lo haces por que es la cosa correcta para hacer”, dijo Lukas, quien está dirigiendo los esfuerzos en el campamento.

Cerca de la frontera con Bielorrusia, una iglesia está proveyendo albergue para aproximadamente 50 personas y enviando suministros a Ucrania a pesar del incremento de agresión rusa. El esfuerzo está liderado en parte por Natasha y Sergei, ucranianos que vinieron a Polonia hace 10 años.

“No sabíamos porque nos estábamos mudando de Ucrania”, dijo Sergei. “Sabíamos que no podía tratarse solo de dinero. Ahora lo sabemos”.

Natasha telefonea a sus padres, quienes siguen en Ucrania, dos veces al día para saber si siguen con vida. Después de escuchar sus voces por unos instantes, ella va a trabajar ayudando a sus compatriotas. Entre recolectar y organizar suministros y registrar personas en el refugio, ella se mueve rápidamente y con calma durante su día.

“Veo miedo en sus caras. Veo su dolor. Veo lagrimas en sus ojos. Veo el miedo por la familia que dejaron atrás. Pero también veo que tan seguros se sienten aquí. Cuando los abrazo, tiemblan de felicidad por estar seguros”, dijo ella.

“Siento que he hecho tan, tan poco. Pude haber hecho mucho más. Pero trato de hacer todo para que ellos sepan que hemos hecho todo lo que podíamos”.

Con bautistas en Polonia, Rumania, Hungría y Moldova tomando roles principales, los bautistas del mundo están jugando papeles de apoyo al donar suministros, proveyendo fondos adicionales, orando y haciendo trabajo voluntario. Las personas en el refugio hablan inglés, letón, ruso, polaco, islandés, ucraniano y más.

Tan solo Texas Baptist Men ha comprometido $300,000 en toda la región para bautistas ucranianos, polacos y rumanos, suficiente para apoyar a cinco refugios por seis meses. TBM tiene un equipo en Polonia y está enviando equipos más grandes de voluntarios para servir en el refugio de la iglesia en Chelm cerca de la frontera ucraniana.

“Más de 1.5 millones de ucranianos han buscado seguridad en Polonia”, dijo Mickey Lenamon, director ejecutivo y CEO de TBM. “Los bautistas de todo el mundo se han unido para llenar sus necesidades. TBM esta honrado de ser parte de eso, ya sea a través de sus fondos, clasificando y cargando donaciones en el país, instalando camas, o incluso haciendo las pequeñas cosas que son necesarias como limpiar pisos y baños. Vemos que los creyentes en toda la región están haciendo y buscando hacer lo mismo: seguir a Cristo diariamente y compartir Su amor”.

La crisis tendrá un impacto duradero en la región. Las familias están divididas ya que los padres y hermanos pelean por su país. Muchos ucranianos se preguntan si alguna vez podrán regresar a sus hogares o si hay algo a donde regresar.

Hasta que lo decidan, los bautistas en todo Polonia están proveyendo un lugar para ellos.

“Las caras de los ucranianos llegando a Polonia tienen una mirada de desesperación, pero veo el amor de Dios derramado por la gente polaca y veo esperanza y comodidad brillando a través de ellas”, dijo Gary Finley, parte de un equipo de TBM sirviendo en Polonia.