Cada verano deja un sin número de experiencias vividas en familia, vacaciones, salidas paseos. Son momentos hermosos que se viven y permite afianzar los lazos entre los integrantes de un hogar.
La rutina diaria es rota y debemos al regresar, retomar normas olvidadas en esos dias de dispersión.
Luego añoramos esas noches de sobremesashasta altas horas, sin preocupación de a que hora nos tenemos que levantar al otro día, para la escuela o el trabajo. Cuesta mucho el ajustar a cada integrante de la familia, como se dice: ponerlos en vereda.
En la vida tambien nos pasa algo muy parecido, hemos perdido el verdadero rumbo de nuestra existencia, tenemos que ser reeducados porque nos hemos descarriado del modelo original.
Entramos en el transcurso de la vida la dirección y una vez mayores nos encontramos lejos de casa, debemos ser reeducados con normas que se perdieron en el paso del tiempo.
Jesús nos comparó como a las ovejas que no tienen sentido de la ubicación y se pierden muy fácil. Para retornar a su lugar procedencia la oveja sola no puede, debe el pastor encargarse de buscarla y muchas veces traerta de llugares muy alejados.
La oveja se entusisma por los pastos verdes, va avanzando sin saber en que rumbbo o distancia se encuentra. No sabe medir los peligros, y una vez llegada lo noche se encuentra sola frente a todo lo que el entorno le ofrece.
Muchas veces paga caro su aventura y retorna con heridas y el pastor debe atenderla.
Si en la vida te encontras lejos de casa, pedí al Pastor de los pastores que te recoja, te lleve en sus brazos al redil, él comenzará alli a enseñarte nuevamente lo que perdiste en el transcurso de la vida.