“Algo muy significativo está teniendo lugar aquí”, dice Max Kingberg, un funcionario de la Sociedad Internacional de Derechos Humanos –SIDH – en Frankfurt. Pero cando se le pregunto acerca de un informe de radio que solo en Alemania, al menos 500 persas secvuelven cristianos cada año, advierte: “como científico entrenado, prefiero tener mucho cuidado con los números”. Sin embargo, Schirrmacher sugiere, “la cifra real bien podría ser de mil, quizás, miles”.
Las cifras actuales son difíciles de determinar porque el liderazgo teológicamente liberal de los cuerpos protestantes regionales está relacionado con el estado. Sus líderes tienen la tendencia a mantenerse al margen de la misión, dice Schirrnacher: “ellos se preocupan que esto podría interferir con sus diálogos interreligiosos”. Gotz está de acuerdo: “sospecho que esta es la razón por la que el pastor de la parroquia, una mujer, nunca ha visitado nuestra congregación”.
Por tanto, dice Schirrmacher, solo “iglesias libres” tales como los bautistas y las luteranas independientes, y congregaciones semi-autónomas como la de Gotz, reportan jubilosamente las conversiones. “Sabemos que ministros fieles relacionados con el estado también bautizan ex musulmanes, pero nos quedamos en la oscuridad acerca de las cifras”. Albertcht Hauser, un ex misionero y decano retirado de la Iglesia Luterana de Wurttenberg, añade, “nosotros estamos conscientes de que los sacerdotes católicos están haciendo lo mismo”, pero observa Schirrmacher “los católicos están reacios a dejar conocer las estadísticas. Ellos no quieren poner en peligro los diálogos interreligiosos”.
Sin embargo, el número de bautismos de persas y, en menor medida, otros musulmanes en Alemania supera la conversión de los cristianos al Islam”. “De acuerdo con un informe del archivo central de las organizaciones islámicas de Alemania en Soest, unos 500 alemanes se convirtieron en musulmanes en el año de 2010”, dice Schirrmacher. “Es más, fueron mujeres alemanas que se casaron con inmigrantes musulmanes o nominales ex cristianos que esperaban por buenas oportunidades de negocios con otros países islámicos. La conversión de persas es de una calidad totalmente diferente, por lo general, es después de una larga instrucción en la fe cristiana”.
En la congregación de Gottfried Martens, por ejemplo, los catecúmenos del medio oriente gastan 4 o más meses estudiando la Biblia, los credos de la iglesia, el catecismo de Martin Lutero, el significado de la liturgia, y de los himnos. “Ellos se sienten muy atraídos por la liturgia, la cual está ausente de su antigua fe” explica Martens. Wilfried Kahla, un ex misionero de la iglesia luterana del estado de Alemania y un veterano en evangelización a los musulmanes, dijo a la revista de noticias protestante IdeaSpektrum que él hizo que sus candidatos estudiaran un folleto de 62 páginas sobre la doctrina cristiana y realizo un examen escrito para ellos. Luego, en la pila bautismal, les hizo renunciar al Islam.
Martens, Venske y gotz siguen planes de estudio similares; como Kahla, explican cuidadosamente a los conversos la diferencia entre el Ala del Islam y el Dios de la cristiandad. “El Islam es como una escalera de cuerda en la que la gente trata de alcanzar a Dios”, a Kahla le gusta explicarlo en esta forma. “Ellos logran subir unos peldaños, pero con cada pecado, caen de la cuerda y deben empezar todo nuevamente. Los cristianos, por el contrario, no necesitan ninguna escalera porque Jesús vino a la tierra por ellos. Los cristianos tienen salvación, los musulmanes no.