En la atea Alemania del Este, refugiados iraníes sorprenden a pastores con su interés en el cristianismo.
“Dios debe haber estado riendo bajo la manga”, reflexiona Jobst Schone. El retirado obispo de la Iglesia Luterana Independiente en Alemania aplica una paráfrasis alemana del salmo 2.4 para el bautismo de los siete primeros musulmanes de Irán. Temprano en la mañana de Pascua, los 7 fueron bautizados en la parroquia de Berlín en donde Schone sirve como pastos asociado, los bautismos eran un símbolo de algo más grande, un aumento a nivel nacional de este tipo de conversiones en varias denominaciones y una serie de informes de los musulmanes que ven a Jesús en sus sueños. Pero la traducción de Martin Lutero de la Biblia, ahora de casi 500 años, también jugó un papel muy importante en su historia.
El bautismo en grupo ocurrió en un momento inquietante para los cristianos europeos. Durante la Cuaresma, los musulmanes radicales entregaron grandes cantidades de ejemplares del Corán en las esquinas y anunciaron planes para distribuir 25 millones de copias en lengua alemana de su libro sagrado con el fin de ganar alemanes a su fe. Pero en la noche anterior a la Pascua, unos 150 feligreses se presentaron silenciosamente en la iglesia de santa María en el distrito de Zehlendorf de Berlín para ser testigos de conversiones en la dirección opuesta.
Hasta la medianoche, el santuario estaba oscuro. Entonces Gotfried Martens, pastor principal, canto desde el altar: “gloria a Dios en las alturas”. De repente las luces se encendieron, el órgano rugia, y los feligreses estallaron jubilosos cantando: te alabamos, te bendecimos, te adoramos”. Como todos los cristianos en el mundo celebraban la resurrección del Señor Jesucristo.
Para los seis jóvenes hombres y una mujer sentados en la primera banca, el momento tenía un significado adiciona: ellos estaban poniendo en peligro sus vidas a cambio de la salvación. Bajo la ley islámica, su apostasía es un crimen capital, un informe de prensa al público había llegado a casa acerca de un pastor iraní Youcef Nadarkhani, un ex musulmán, había sido condenado a muerte en Teherán. Algunos de los convertidos en Santa Maria estaban siendo perseguidos antes de huir hacia Alemania, ahora el hogar de la comunidad iraní más grande en Europa Occidental que suman 150 mil personas.
“Estos refugiados están tomando riesgos inimaginables para vivir su fe cristiana”, dice Martens, quien ministra a una de las parroquias más dinámicas de Alemania, que ha pasado de 200 a más de 900 miembros en 20 años. El ve la conversión de un número creciente de iraníes en Alemania como prueba del sentido de la ironía de Dios. “imagínese!!. De todos los lugares, Dios elige el Este de Alemania, una de las regiones más ateas del mundo, como el escenario para un despertar espiritual entre los persas”, exclama Martens. De acuerdo con un estudio reciente de la Universidad de Chicago, solo el 13% de todos los residentes de la parte antigua comunista de Alemania dan fe de la creencia de Dios.
La visión
El bautismo de Berlín es una pequeña pieza de un mosaico de la fe que cubre toda Alemania, sobrepasa las barreras denominaciones y se extiende a Irán misma. Algunos clérigos alemanes hablan de un drama divinamente escrito con guion que incluye un sinnúmero de informes de los musulmanes que han tenido visiones de Jesucristo. Según Martens y otros entrevistados para este artículo, la mayoría de estos aspectos siguen un patrón reportado por conversos en todo el mundo islámico: “musulmanes ven una figura de luz, algunas veces teniendo el rostro de Cristo, algunas veces no. Pero ellos instantáneamente saben que es El. El siempre hace claridad que es el Jesús de la Biblia, no el Isa del Corán y los dirige específicamente a pastores, sacerdotes y congregaciones o iglesias en casas en donde después escuchan el evangelio.”
Thomas Schirmacher, Presidente de la Comisión Teológica de la Alianza Evangélica de Mundial, comenta sobre este patrón: “Dios se adhiere a la doctrina de la reforma que la fe que viene por recibir la Palabra a través de las Escrituras y predicación. En esos sueños, Jesús nunca se involucra en cuestiones mágicas, pero envía esta gente a donde se proclama la palabra fielmente”. Esta es la razón por la que Martens dice que no puede descartar esos relatos: “como luterano confesional, no estoy dado al fanatismo”, dijo, usando el término despectivo de Lutero para su entusiasmo religioso.
“Pero esos reportes de visiones suenan muy convincentes”. concluye diciendo.