Un privilegio como ciudadano el poder elegir nuestras autoridades. Sin dudas, habrá en nosotros diferentes opiniones y preferencias. Para eso están.
Nuestra vida pasa entre escoger en diferentes situaciones. A veces acertamos o erramos, pero en la completa libertad de poder hacerlo.
Cada elección tiene un resultado. Todo tiene su fruto. Sea positivo o negativo y sus consecuencias. Hay una decisión por la cual un día tendrás que derimir.
Dios nos ha dotado del libre albedrío para todo ser humano en lo que respecta a su Persona y su relación con él. Si lo aceptamos, pasamos la eternidad con El o lo rechazamos y perdemos esa posibilidad.
Con todo respeto digo; El único «candidato» digno de ser aceptado es nuestro Señor Jesús, no desperdicies hoy la oportunidad de elegirlo. No te arrepentirás, te lo aseguro.
Por Delfo Monte