El pastor de la Iglesia en Texas, que sufrió la peor masacre en la historia del Estado el pasado Noviembre, admitió que los días festivos como Acción de Gracias y Navidad serán tiempos difíciles, pero recalcó que pone su confianza en Jesucristo.

«Es difícil de asimilar ahora,» contó Frank Pomeroy, Pastor de la Primera Iglesia Bautista de Sutherlanď Springs.

«Pero sé que Anabelle igual querría la música bien alta en esta Navidad. Querría festejar las fiestas como siempre, pues eran su época favorita del año.»

Pomeroy perdió a su hija de 14 años, Anabelle, junto a otras 25 personas de su congregación, hace unas semanas cuando Devin Kelley irrumpió en la iglesia abriendo fuego.

El pastor contó que conocía a Kelley, pero jamás imaginó que fuera capaz de semejante acto.

«Para ser honesto, nunca hubiera pensado que tendría el coraje de intentar algo así,» dijo Pomeroy. «Era una persona despreciable, alguien muy difícil de respetar y amar.»

Los oficiales descartaron las causas raciales o religiosas en el tiroteo, y sugirió que Kelley tuvo una dispura con miembros de su familia, quienes asistian a la Iglesia.

Pomeroy compartió su deseo de que ningún otro pastor tenga «que asistir a 26 funerales en una semana.»

«Es algo muy difícil, sin embargo, hemos crecido como comunidad y como Iglesia en unión,» remarcó.

En cuanto al Día de Acción de Gracias, el pastor admitió que será un tiempo difícil.

«¿Si va a ser difícil? Si, ¿pero saben qué? Yo voy a celebrar por este hermoso país que Dios nos ha dado, y también voy a celebrar el Nacimiento de nuestro Salvador en Navidad,» reflexionó.

Algo positivo que salió de la tragedia, cuenta Pomeroy, es que cerca de 30 personas se reconciliaron con su fe nuevamente.

«Antes de esto, yo peleaba con el dolor con todas mis fuerzas,» dijo.

«Pero ahora mas que nunca, que sé que hay 26 mártires que dejaron sus vidas, me da fuerzas para continuar luchando, y peleando por Él.»

Una semana después de la masacre, Pomeroy predicó un mensaje de perdón para su congregación.

«Conocía a cada una de las personas que perdieron sus vidas ese día. Algunos de ellos muy amigos, y mi hija también,» dijo Pomeroy durante el servicio.

«No tengo ninguna duda de que ella está con el Señor en este preciso momento.»

Amigos cercanos de las víctimas revelaron actos de heroismo y sacrificios que ocurrieron el día del tiroteo.

Vonda Smith contó como su amiga Joann Ward, protegió y se sacrificó por sus hijos para salvarlos.

«Son las cosas que uno escucha decir a los padres, pero que nunca piensa que tendrá que ver. Ella decía, ‘yo moriría por mis hijos’. Y lo hizo,» dijo Smith.

«Los amó tanto. Y dió su vida por ellos. Ella siguió el modelo de Cristo».