aaaaaaaaaa21La oración nos pone en contacto y nos hace depender de Aquel que tiene el control sobre toda circunstancia que nos toque vivir. El agradecimiento nos pone en contacto con los hechos comprobados que nos muestran la presencia real, efectiva, y amorosa de un Padre que nos ha cuidado, nos cuida, y se ha comprometido a seguir haciéndolo.
Pablo lo sabía bien, por eso no es raro encontrar que en sus instrucciones para la oración, el agradecimiento esté presente (Fil. 4.6, 7, por ejemplo). Es que orar es un recurso dado por Dios para poder ponernos en sus manos y esperar de él la respuesta, que sabemos que será la que él entienda que es la mejor para nosotros; pero si la oración sólo se basa en nuestra situación siempre, pronto podemos decir que estamos orando por algo, cuando en realidad lo que estamos haciendo es traer una y otra vez el problema que nos hace preocupar, y sufrir.
Aun orando, no nos vamos a sentir realmente aliviados, ni vamos a confiar en lo que Dios puede hacer, si no cultivamos el hábito del agradecimiento. Es que el agradecimiento nos obliga a repasar mentalmente varias cosas:
• Que Dios ha hecho muchas cosas en nuestro pasado.
• Que entre esas cosas hubo también solución a problemas que pensábamos de imposible resolución.
• Nos hace recurrir a las promesas de Dios en su Palabra, para tener otra mirada sobre el mañana.
• Nos hace mirar el hoy para observar que ya, ahora, hay muestras de que él está en control y que nos ama.
• Que lo más difícil, lo imposible en realidad, para nosotros es decir la salvación, él ya lo hizo, lo que nos dice que también hará todo lo necesario por nosotros en nuestro caminar acá, hasta que lleguemos a la meta de nuestra esperanza.
Entonces, oremos, derramemos nuestros corazones ante Dios. Es bueno, nos hace bien. Pero si es con agradecimiento, el tiempo de oración será algo que realmente nos hará salir de allí con el corazón lleno de confianza en un Padre que estuvo, estará, y está ocupado obrando a nuestro favor. Un corazón que agradece está blindado contra la amargura, está preparado para enfrentar los desafíos, y está en capacidad de cantar aun cuando todavía no se vea la luz al final de su camino.