Este jueves 14 de enero 2016 se aprobó por una mayoría de dos tercios de los Primados anglicanos reunidos (arzobispos y moderadores) que la Iglesia Episcopal fuese suspendida por un período de tres años.
En el encuentro celebrado en la catedral de Canterbury se tomó esta resolución que supone que la Iglesia Episcopal pierde su «voto» en las reuniones de las instituciones oficiales anglicanas, aunque conserva su «voz». Significa de facto degradarla a la condición de mera observadora.
La Iglesia Episcopal de Estados Unidos está siendo suspendida de cualquier posición de liderazgo dentro de la comunidad anglicana por aceptar al matrimonio gay.
El anuncio se produce después de una reunión en la que se conciliaron puntos de vista contradictorios sobre el matrimonio del mismo sexo en la iglesia.
La decisión implica también que los representantes de la Iglesia Episcopal no estarán autorizados para representar a la Comunión en organismos interreligiosos o en comisiones de diálogo, ni formar parte del Comité Permanente del Consejo Consultivo Anglicano.
La Global Anglican Future Conference o Conferencia Global del Futuro Anglicano que representa a los líderes anglicanos teológicamente conservadores en todo el mundo, había buscado sanciones contra la rama estadounidense.
La oficina de prensa de los líderes anglicanos de Canterbury, dijo en un comunicado que hay «profundas diferencias» sobre la comprensión del matrimonio y que la mayoría en la reunión «reafirmó» la enseñanza de que el matrimonio es únicamente la unión de un hombre y una mujer.
Los líderes llamaron la aprobación de la Iglesia Episcopal del matrimonio gay «un cambio fundamental de la fe y la enseñanza» de la mayoría de los anglicanos.
Los episcopales están restringidos temporalmente a las posiciones de fijación de políticas durante tres años, mientras que un grupo de trabajo tratará de conciliar puntos de vista contradictorios sobre la sexualidad en las iglesias.