El misionero checo Petr Jasek admite que hubo un tiempo donde dudó si podría sobrevivir un encarcelamiento de más de un año bajo el régimen islámico de Sudán desde diciembre del 2015 a febrero del 2017.

Después de pasar meses encerrado en una celda con seis hombres del Estado Islamico, recibiendo golpiza tras golpiza y aguantando tortura mientras que perdía más de 25 kilogramos de peso, Jasek de 52 años fue transferido después a confinamiento solitario y más tarde a celdas sobrepobladas sin acceso a los baños. Solamente se le daba para comer frijoles sin sabor y pan mohoso.

Al pasar los primeros cinco meses en su mayoría con extremistas islámicos y sin ningún tipo de acceso a la Escritura, Jasek le dijo a The Christian Post en una entrevista reciente que el oraba y esperaba que lo liberaran tan pronto como fuera posible porque el todavía no había visto cual era el propósito de Dios para su detención injusta.

Pero las cosas cambiaron cuando finalmente se le otorgó acceso a una Biblia y lo encerraron por tres meses en confinamiento solitario sin nada que hacer más que leer la Palabra de Dios. Reflexionando en su tiempo en la prisión, Jasek dijo que el encargo final para él había sido predicar el Evangelio en Sudán a prisioneros hambrientos espiritualmente hablando.

«Hubo un momento en el cual dudé si sobreviviría», explicó él. «Entonces una noche, trajeron 12 refugiados eritreos a nuestra celda. Eran adolescentes».

«Me animé a predicarles el Evangelio. Fui allí y les compartí de Cristo. Estaban muy conmovidos. Al final, cuando vi que sus corazones estaban preparados, les pregunté si querían comprometer sus vidas para Jesús. Así que estos 12 refugiados eritreos oraron conmigo esa noche porque no podíamos dormir.

No había espacio para dormir. Pasamos el resto de la noche hablando sobre Jesús. En la mañana, todos fueron transferidos a una prisión diferente y ya no los pude seguir viendo».

Jasek dijo que esa interacción con los refugiados «fue un punto crucial» para él durante su detención.

Jasek, un líder quien trabaja con Voz de los Mártires, una organización internacional de persecución sin fines de lucro, detalla su vida en Encarcelado con ISIS: Fe En La Cara del Mal.

‘Encarcelado con ISIS’

Jasek fue arrestado en diciembre del 2015 mientras que estaba en el aeropuerto listo para volar a casa después de filmar la persecución contra las comunidades cristianas, especialmente las propiedades de la iglesia que estaban siendo confiscadas o destruidas por las autoridades.

Dijo que fue arrestado por la policía secreta quienes tomaron todas sus pertenencias, incluyendo su cámara y teléfono celular. Fue llevado al corporativo de la policía local e interrogado por 24 horas. Después de eso, las autoridades lo pusieron en la primera de cinco prisiones en las que eventualmente estaría retenido durante su prueba de 14 meses.

Fue interrogado por la policía secreta antes de ser llevado delante de un juez para que escuchara los crímenes que se le imputaban. Dos de los cargos – espionaje y tratar de derrocar al régimen – podían ser penados con la muerte. Eventualmente, después de meses de enjuiciamiento, Jasek fue sentenciado a cadena perpetua.

En la primera prisión, Jasek dijo que fue forzado a compartir una celda con seis miembros del Estado Islámico por dos meses. En ese tiempo, el Estado Islámico

estaba haciendo noticias internacionales debido a la violencia y territorio controlado en Irak y Siria. El grupo reclutaba militantes a través de toda África.

‘El Señor me permitió pasar cinco meses sin la Biblia’

Después de pasar cuatro meses en la primera prisión con miembros de ISIS, Jasek fue transferido a otra prisión y se le dio acceso a la Biblia.

«Fue un momento sorprendente y solo podía leer cuando había suficiente luz en la celda. Tenía que pararme en la ventana y recargarme en los barrotes para leer la Biblia», describió él. «Termine de leer de Génesis a Apocalipsis en tres semanas. Seguí leyendo una y otra vez. Estaba tan sorprendido como el Señor estaba abriendo la Palabra para mi que secretamente estaba haciendo anotaciones de estos descubrimientos tan maravillosos de la Biblia».

Después de tres meses en confinamiento solitario, Jasek fue transferido a una prisión diferente que tenía capacidad para 10-000 prisioneros. Él fue puesto en una celda con otros 100 prisioneros más.

«Estaba en shock por eso pero esta prisión era única en un sentido. Había muchas mezquitas para los prisioneros musulmanes. Pero para los prisioneros no musulmanes, las autoridades de la prisión habían convertido estas celdas en pequeños templos», dijo él.

«Estaba sorprendido cuando el primer día nos invitaron a esta capilla. Por seis meses, pude predicar a personas desesperadas una vez por semana y algunas veces dos veces por semana y ellos estaban respondiendo al Evangelio en una forma maravillosa».

Jasek y otros dos pastores sudaneses se alternaban para predicar», dijo él. «Crecieron 10 veces más, de ser 20 a 200 los cristianos que habíamos allí en la navidad del 2016. Honestamente puedo decir eso».

Jasek dijo que los seis meses en la capilla fueron los mejores seis meses de su vida en prisión ya que pudo recuperar 10 kilogramos de peso. Incluso se encontró «regocijándose» en las mañanas ya que tenía la posibilidad de «ir directo a la capilla» donde podía «conocer personas y compartirles el Evangelio».

«Si lo piensas, el Señor me permitió pasar cinco meses sin la Biblia. Los primeros dos meses, mi fe fue probada y mi vida de oración se profundizó. Después tuve la Biblia en tres meses de confinamiento solitario donde no tuve que hacer nada más que leer la Biblia», dijo él.

«Ese fue el propósito del Señor – prepararme para lo que iba a venir: los seis meses de maravilloso ministerio en la prisión», dijo él. «Eso es algo que dice Pablo [en 2a de Timoteo 2:9], ‘a modo de malhechor, pero la palabra de Dios no está presa'».

Jasek nunca antes había visto tantas personas venir a Cristo a través de su predicación.

«Cuando estamos predicando, algunas veces animamos a las personas para que pasen adelante si han sido tocados por el Evangelio y comprometen sus vidas a Cristo», dijo él. «Lo bueno de esto es que no somos como los predicadores que van de pueblo en pueblo y cuando las personas toman las decisiones de seguir a Cristo, el predicador desaparece».

«Estamos viviendo con estas personas. Puedes ver como fueron transformadas sus vidas a través del Evangelio. Cuando entregan su vida a Cristo, son limpiados por la sangre de Jesús».

Después de mucho clamor internacional, Jasek fue liberado de prisión en Febrero del 2017 después de un perdón del Presidente Omar Al-Bashir.

En la imagen: El misionero checo Petr Jasek y los pastores sudaneses predican durante un servicio de capilla en una prisión sudanesa durante la detención de 14 meses de Jasek en Sudán desde diciembre de 2015 hasta febrero de 2017.

 

Fuente: The Christian Post

Photo by:  Petr Jasek / The Christian Post