Me paré en el púlpito de la Capilla Dimnent en la Universidad Hope y vi hacia el mar de caras jóvenes. Era el principio del año escolar, y estos estudiantes se parecían mucho a los de años anteriores: brillantes, curiosos, con una pizca de sospecha en sus ojos.

Aun así unas leves pistas me dijeron que estaba predicando a una audiencia de otro tipo que no eran los millennials a los que estaba acostumbrado. Los invité a abrir sus Biblias, y en vez de sacar libros casi cada persona en la habitación tocó una aplicación en sus IPhone. Hice una referencia oblicua a Seinfield, esperando obtener uno o dos carcajadas, pero me encontré con miradas educadas y vacías. En años anteriores por lo menos pocos estudiantes habían visto repeticiones del show. Pero esta es la generación de Netflix, me recordé a mi mismo. Conforme avanzaba al corazón de mi mensaje, me sorprendió encontrar incluso la más básica referencia Bíblica que evoca unas cuantas miradas de reconocimiento. Me di cuenta allí en ese momento que las presunciones en las cuales me había estado basando por años necesitarían salir por la ventana.

Ya son dos años desde ese servicio en la capilla, he tenido más practica predicando a la Generación Z. Después de mucho intento y error, he descubierto cuatro estrategias que me ayudan a conectarme con ellos desde el púlpito.

1. Me Meto En Mi Sermón

Incluso más que los millennials antes que ellos, esta generación tiende a sospechar de los programas organizados y a los caminos de la iglesia que ya están bien caminados – cualquier cosa parece que está falta de autenticidad. Esto demanda dos cosas de mi predicación: vulnerabilidad y creatividad.

La buena predicación es más que cantar y enseñar. Los adultos jóvenes quieren saber que tu mensaje viene desde adentro y no está pintada por números

hogareños. Eso es por lo que yo hago mi mejor esfuerzo para meterme en mis sermones. Trato de sentir las palabras en mi corazón conforme las hablo porque los estudiantes conocen el entusiasmo fabricado cuando lo ven. La pasión verdadera viene desde adentro.

Predicando a la Generación Z, me he dado cuenta que la presencia normalmente es más importante que la pulcritud. Me permito equivocarme para que se rian de mi. Cuando me equivoco en mi entrega del sermón, aprovecho la equivocación y me rio de mi mismo. Eso sería difícil de hacer si estuviera demasiado ensayado.

Como Pastor de Universidad, trabajo en un contexto que – entendiblemente – se toma a sí mismo muy seriamente. Los estudiantes cargan suficientes libros en sus mochilas como para voltear una pequeña repisa, y sus cargas internas son más pesadas. La Generación Z vive bajo el peso de una cultura de meritocracia de los compartir y los me gusta, grados y calificaciones. Quiero que mis sermones aminoren la carga y le den a las personas permiso de reír. Pero no quiero trivializar las cargas que llevan, así que tengo que poder cambiar de un momento a otro y hablar sobre las últimas preguntas. La única forma en que yo puedo hacer eso honestamente es manteniéndome flexible y experimentar mis sermones mientras los doy.

2. Ofrezco Un Sentido De Historia Y Lugar

Uno de mis personajes favoritos de J.R.R Tolkien en su libro El Señor de los Anillos es un Ent llamado Bárbol. Los Ents son guardianes y protectores de los bosques. Ellos tienen memorias muy largas, y su vocación de administración está ligada a un sentido de lugar, un amor profundo por sus alrededores naturales. Su entendimiento único de la responsabilidad está ligado muy de cerca a el lugar donde han estado y donde están en el presente.

La mayoría de los miembros de la generación Z que yo he conocido tienen poco sentido de historia o lugar. En la era digital, cuando incluso los comestibles pueden ser pre-ordenados y entregados, pocos lugares existen que nutran un sentido de identidad comunal. La globalización nos da muchos regalos, pero también puede arrancarnos nuestro sentido de lugar – de reconocimiento que nuestra locación tiene una historia en la cual Dios ha estado trabajando desde hace mucho tiempo.

Encuentro útil incrustar en mis sermones pistas a la historia espiritual del lugar de mi audiencia. Ofrezco historias de personas quienes han pasado por allí antes que ellos, como Edward Daniel Dimnent, el quinto presidente de Hope, quien tuvo una visión de construir una capilla cinco veces el tamaño del cuerpo estudiantil porque creía que un día se llenaría. (Hoy en día la capilla regularmente se llena a capacidad). Le digo a los estudiantes que noten el cobre sólido en la manija de la puerta cuando entran a nuestra capilla. La manija derecha está brillosa y suave por las generaciones de estudiantes, facultad y visitas que han jalado la manija para entrar en la capilla.

Predicar como un Ent es ser un anciano sabio en la hoguera, contando mis historias familiares en tres dimensiones, pasado, presente y futuro. Cada mensaje de Escritura viene a nosotros del pasado, pero la Palabra también está viva, llevando nuestro presente e inspirándonos a vivir en fe hacia un futuro esperanzador. Con este contexto, los Generación Z pueden encontrar su lugar en la historia del pueblo de Dios.

3. Trato A Las Personas Como De Adentro

Los Generación Z son la generación más conectada que haya existido, pero también son la más solitaria. Jen Twenge, en su libro iGen, dice que ésta generación está al borde de la crisis mental más severa que haya habido en décadas. «Sobre todo, más y más estudiantes universitarios están batallando con problemas mentales – no sólo con aquellos que buscan ayuda en los centros de consejería sino entre los ejemplos de encuestas representativas que son completados anónimamente». Ella documenta que 46 por ciento más entre 15 a 19 años cometieron suicidio en el 2015 comparado con el 2007. En un artículo de Psychology Today titulado «La Crisis de Salud Mental Está Sobre La Generación de Internet», Glenn Geher escribe, «Más y más estudiantes cada año reportan tener problemas de ansiedad o depresión (junto con otros problemas). Nuestro centro de consejería en el campus, como muchos centros parecidos al rededor de la nación,

está absolutamente saturado todo el tiempo». El centro de consejería en el campus de Hope recientemente reportó una situación similar.

Ésto lo hace importante para abordarlo con los estudiantes como de adentro en vez de como extraños, «otros» desconocidos. Casi cada estudiante que conozco quiere ser querido, incluido, e invitado a algo significativo. Por ésta razón, yo no compro la idea de que necesito tallar mi mensaje hasta que quede limpio de todo el lenguaje teológico y de iglesia. Eso solamente hace mi sermón sentirse vacío y artificial, y los estudiantes saben cuando nosotros bajamos la barra para alcahuetearlos. En vez de eso, hablo como cristiano. Verdad, a veces necesito traducirles algunos términos que uso, pero al mantener el lenguaje de la fe en mis sermones, ayudo a los estudiantes a aprender la historia cristiana, en la cual pueden encontrar su lugar.

Algunos predicadores se preocupan de que la jerga cristiana crea barreras para los jóvenes quienes no estén familiarizados con la iglesia. Y mucho de esto puede hacer exactamente eso. Pero la Generación Z está acostumbrada a aprender nuevos términos cuando se enganchan en las historias. Ésta es la generación que aprendió sobre «distritos», «tributos», y «Panem» en Los Juegos del Hambre y «T’Challa», «Wakanda» y «Vibranium » de Black Panther. No me preocupo sobre decir de vez en cuando palabras como «encarnación» o «expiación» en mis sermones, siempre y cuando explique de lo que estoy hablando. Prefiero que los estudiantes piensen que espero mucho de ellos porque los veo como de adentro en vez de hacerlos menos porque los veo como de afuera.

4. Predico Para La Generación Z, No A Ellos

Nadie se quiere sentir como un proyecto, y la Generación Z no es un problema que resolver. Uno de los regalos más grandes que podemos ofrecerles a los de la Generación Z es hablar menos de ellos y más sobre Dios. A pesar de que lo escuchamos muy a menudo, la gran tentación de los adultos jóvenes a lo mundano no viene de las drogas o del sexo o de las pantallas. Viene de la sutil sugerencia susurrada en cada esquina de sus vidas de que pueden vivir sin siquiera pensar para nada en Dios.

De los boomer a los Generación X a los millennials, hemos visto una larga tendencia de gente joven pasando de identificarse como «religiosos» a «espirituales», pero de acuerdo a Twenge ésta es la primera generación en la historia de América que no está interesada en ser religiosa o espiritual. Una forma en que podemos estar allí para la Generación Z es ofrecerles una predicación atractiva, consecuente, y centrada en Dios.

De acuerdo a un reporte de la Asociación Psicológica Americana el Estrés en América: Generación Z, los miembros de esta generación son más propensos que los adultos en general a estresarse por problemas en las noticias, aun así, eso no significa que el ciclo de noticias debería definir los términos de nuestra alabanza. Yo no dejo que CNN o el presentador de un programa nocturno de entrevistas dicten lo que es relevante. En vez de eso, abogo por la iglesia al ofrecer a los adultos jóvenes una hermosa visión de Dios y su reino.

Yo no estoy diciendo que los problemas políticos o culturales no deberían ser discutidos en la adoración. Como predicador, uno de mis trabajos es introducir a la Generación Z al mundo real y entrenarlos para vivir en el. Pero ya que Dios dirige la historia y mantiene todas las cosas juntas, Él debe permanecer como el sujeto de mis sermones.

Recientemente, durante un Adviento predique en el prólogo de Juan 1:14: «El Verbo se hizo carne». Expliqué que la encarnación nos enseña que Dios toma seriamente nuestros cuerpos. Una semana después, una estudiante me dijo que ella había estado batallando con un desorden alimenticio porque odiaba su cuerpo. Ella dijo, «solo escuchar que Dios se preocupaba por mi cuerpo fue algo en lo que nunca había pensado antes. Ha sido de sanación». Al mantener a Dios como el sujeto y objeto de mis sermones, he sido sorprendido de que tan relevantes han sido en la vida diaria y preguntas de los estudiantes.

Esto me puso a pensar. Tal vez aprender a predicar a la Generación Z me está haciendo un mejor predicador para todos. Predicar la Palabra honestamente y creativamente – en una forma que invite a las personas a venir, los ayuda a encontrar su lugar en la historia, y enfocarse primeramente en Dios – demanda mi mejor esfuerzo para todos.