La Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal de la República Argentina (FeCEP) manifiesta su profunda consternación y desagrado por la decisión tomada en el Congreso Nacional al sancionar la ley 27610 que  faculta la Interrupción Voluntaria del Embarazo -IVE- violando los principios constitucionales más elementales además de los jurídicos, los legales, los morales y los espirituales de nuestra República.

Se ha hecho oídos sordos a la democracia dado que el sentir de la mayoría no fue escuchada por los señores diputados y los señores senadores quienes prefirieron rechazar la vida para abrazar la muerte.

Nuestro deber y nuestro sentir como cristianos pentecostales seguirá siendo inquebrantable, inclaudicable e irrenunciable en la defensa y el respeto al derecho de la vida en todos sus aspectos, desde la hasta la muerte natural.

La aprobación de esta ley no modifica ni modificará nuestro pensamiento o nuestro sentir porque está fundamentado en una base solida, en Dios, el Dador y Creador de la vida, quien en su tiempo juzgará las obras y las decisiones de todos los hombres; y en las Sagradas Escrituras, proclamando y reafirmando nuestro rotundo NO al aborto porque justamente va en contra de nuestras premisas de fe. Además, seguiremos proclamando la verdad del evangelio, la única respuesta real y concreta para resolver los muchos males que afectan y aquejan a nuestra amada nación.

Creemos que el aborto no es la solución al problema sino que justamente lo agrava por las inevitables y dolorosas consecuencias futuras que traerá aparejada esta mala decisión en aquellas mujeres que después de  decidir abortar al ser que llevan en su vientre, se sentirán vacías, culpables y con graves daños emocionales, psicológicos, físicos y espirituales.

Desde la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (FeCEP) que representa a la mayoría de las Iglesias Pentecostales de la Republica Argentina, agradecemos y valoramos el compromiso de los cientos de miles  de argentinos y argentinas que en cada rincón de nuestra Nación se expresaron, lucharon y se movilizaron defendiendo el derecho supremo de la vida e invita a seguir orando por esta situación.

Dios tenga piedad y misericordia.
CONSEJO DIRECTIVO FeCEP