Nunca pude comprender como existen Padres que abandonan a sus hijos o no se preocupan por su bienestar integral.

Leemos en la Palabra de Dios lo siguiente:

“Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. 1 Timoteo 5:8

A lo largo de estos años hemos meditado temas de familias bíblicas y como estos padres bendecían no solo a sus hijos sino también a las próximas generaciones. Dignos de imitar, ya sea por su forma de criar, proteger o proveer y también muchas veces reconciliar entre ellos.

No quería terminar esta serie de temas sin mencionar nuestra familia.

Debemos apreciar y valorar el maravilloso regalo que nos ha dado Dios, nuestra familia, donde a veces hay discusiones, malos entendidos o nos han disciplinado por algún error o falta de respeto, pero eso es normal.

Lo importante es saber perdonar o reconciliar a los que están enojados diciéndoles el valor del amor que nos da la familia.

Cuando Jesús vino a la tierra lo hizo a través de una familia, de José y María; Ellos tuvieron la responsabilidad   de educar y criar a Jesús, conforme a lo que Dios les había ordenado.

Jesús amo, honro y obedeció a sus padres terrenales.

Es la institución más importante que Dios ha establecido, la familia y el manual es la Biblia.

¿Sabes cómo comienza una familia?

“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Génesis 2:24

  1. Dejar
  2. Se unirá
  3. Y serán
  4. Una sola carne (una familia)

El secreto de nuestras familias es que sigan a Dios, leer, creer y obedecer su Palabra amándola, guardándola y poniéndola por obra.

Dios te bendiga.