Según el Dr. Steven Standiford, jefe de cirugía en el Cancer Treatment Centers of America, negándose a perdonar hace que la gente siga enferma y los mantiene de esa manera.

Con esto en mente, la terapia del perdón está siendo utilizado para ayudar a tratar enfermedades, como el cáncer. «Es importante para el tratamiento de heridas o trastornos emocionales porque realmente pueden obstaculizar las reacciones de alguien a los tratamientos, incluso la voluntad de alguien para seguir el tratamiento», explicó Standiford.

De todos los pacientes con cáncer, el 61 por ciento tiene problemas de perdón, y de ellos, más de la mitad son graves, de acuerdo con la investigación por el Dr. Michael Barry, un pastor y el autor del libro, El Proyecto de perdón. Además, «La ansiedad crónica produce muy predecible exceso de adrenalina y cortisol, que agota la producción de células asesinas naturales, que es soldado de a pie de su cuerpo en la lucha contra el cáncer», explicó.

Un veneno para el cuerpo es no saber perdonar; pues el primer paso para aprender a hacerlo es darse cuenta de lo mucho que hemos sido perdonados por Dios. «Cuando una persona perdona de corazón es capaz de encontrar la paz”, dijo Barry; dado que la mayoría de las personas no se dan cuenta que la ira y el odio son una carga hasta que los dejan ir.