La Alianza Evangélica Europea (EEA, por sus siglas en inglés) anima a las iglesias a ser “ejemplares, solidarias y proféticas en sus acciones” ante la crisis de refugiados.
“Inspiradas por la ética del Antiguo y Nuevo Testamento, nuestras convicciones protestantes evangélicas afirman que el tema del asilo y la migración no puede afrontarse en primer lugar como un asunto de seguridad y defensa”, dice la EEA en un comunicado.
“Los migrantes no deben ser vistos como enemigos o invasores, sino como seres humanos. La migración es intrínseca al ser humano, lo que nos puede llevar a preguntarnos por qué la crisis humanitaria y de refugiados actual debe ser llamado un ‘crisis de refugiados’ como tal. Es la falta de alternativas viables que impulsan a mujeres, niños y hombres a arriesgarse a cruzar desiertos y mares en busca de refugio en la Unión Europea (UE) y otros países industrializados”, añade.
Para la EEA los creyentes deben responder a las crisis migratoria con «justicia y compasión».
“Los cristianos están llamados a una ética de la justicia, la compasión y la integración de los extranjeros, y especialmente, la protección de las personas vulnerables. Creemos que estos valores son universales; que los gobiernos y todas las personas deben ser tratados con justicia, rechazando los llamados a la demagogia, el populismo y la xenofobia”.
Es por esto que “reclamamos que la justicia y la compasión guíen las decisiones de nuestros líderes políticos y que las iglesias evangélicas de todos los países europeos sean ejemplares, solidarias y proféticas en sus acciones, hechas en favor del bien común”, dice el texto.
Según la EEA, la Biblia incluye varias historias de migración, que pueden servir de ejemplo para la Iglesia en la actualidad.
“La Biblia dice que Dios oye el grito y el clamor de los inocentes, y que atiende a aquellos que están lejos de su hogar y son inmigrantes (p. ej. Génesis 4:10, 9: 5-6, Éxodo 3, Deuteronomio 21)”.
“Algunas de las más poderosas palabras de Jesús suenan conmovedoras al identificarse con los indigentes. Nuestra pasión por servir a Dios debe guiarnos a no dudar en hacer el bien a las personas que necesitan apoyo y refugio (ver Mateo 4 y 5 o Lucas 10: 25-37). Debemos seguir en camino de Jesús en cuanto al servicio amoroso (1 Pedro 2: 21-25)”.
Por otra parte la entidad europea reconoce que “el llamamiento de la Biblia de ayudar a los necesitados no proporciona una respuesta completa a la pregunta de cómo la UE o los países individuales deben diseñar sus políticas de migración”.
“Aquí los cristianos llegan a conclusiones diferentes, en la medida en que sean compatibles con la ética bíblica. La demonización o glorificación política de diferentes puntos de vista crea polarizaciones en lugar de un debate público constructivo”, considera la EEA.
“A pesar de que las consideraciones políticas sobre la ayuda al refugiado sean complejas, la Iglesia Cristiana tiene la responsabilidad moral de extender la bienvenida y ayudar a los necesitados, independientemente de su visión del mundo o sus convicciones”.
“No podemos ser gobernados por el miedo, la mera emoción o ingenuidad. Así que oremos con fervor para que la voluntad de Dios sea hecha en la tierra como en el cielo. Las iglesias deben estar unidas en su servicio compasivo a Cristo y los cristianos deben ver esta crisis como una oportunidad para crecer juntos como discípulos de Jesús”, añade el comunicado.
La EEA también informa sobre algunas de las medidas prácticas adoptadas por los cristianos de toda Europa.
“Hay grupos de trabajo especiales en países como Italia, Suiza o Alemania. Organizaciones evangélicas en el Reino Unido, Bélgica, Alemania y los Países Bajos están apoyando financieramente, otros con esfuerzos en el Medio Oriente y en los países de tránsito, como Turquía o en Grecia, donde los trabajadores y voluntarios cristianos ayudan con el saneamiento, la atención de la salud y las renovaciones de centros de acogida”.
“Al menos 30 agencias nacionales o internacionales evangélicas y organizaciones no gubernamentales, entre ellas muchos Alianzas Evangélicas, y un sinnúmero de alianzas locales, organizaciones e iglesias, comunidades y grupos de voluntarios están respondiendo” ante la necesidad, concluye la Alianza Evangélica Europea.