“Dejad los niños venir a mí, y no los impidáis; porque de tales es el reino de Dios.” Lucas 18:16. Éstas fueron las palabras del mismo Jesús, enseñando que aquéllos quienes creían en El, debían ser puentes para que los más pequeños se acercaran a Su Gran Amor.
En Kazajistán no es tan sencilla la cuestión, los funcionarios insisten a las organizaciones religiosas que necesitan un permiso por escrito de ambos padres para que los niños asistan a reuniones cristianas.
La represión es muy fuerte, no sólo de parte de los funcionarios públicos, sino también de policías y periodistas, tanto es así que, el mes pasado allanaron dos campamentos de verano para niños de la iglesia, solo para comprobar si los niños estaban presentes con el consentimiento de sus padres.
Dos congregaciones que pertenecen a Baptist Union en el oeste de la región de Kazajstán fueron atacadas a principios de julio por realizar campamentos de verano e invitar a los niños de las zonas locales. Periodistas locales, afirman que las iglesias atrajeron a jóvenes y niños sin permiso de sus padres, e incluso que los misioneros no tenían el permiso requerido por el estado.
Además, un pastor fue multado porque la nieta de un miembro de la iglesia asistió a un programa para niños sin permiso. Los constantes ataques asustaron a los niños, por ello el pastor de la congregación se quejó de que no era necesario interrogar a los niños y sacar a los pastores como si fueran criminales.
Aunque no es fácil, estas organizaciones y pastores continúan su gran labor, aún a costa de su propia libertad, oremos para que sean eficaces en dar a conocer el Evangelio entre las generaciones más jóvenes a pesar de la persecución que sufren.