Según WJAX-TV, Blake Spataro, se encontraba de vacaciones en la isla de Saint Simons, Georgia cuando fue atrapado por una corriente de marina que lo llevó a permanecer por largas horas dentro del océano Atlántico. “Intenté gritar pidiendo ayuda, pero nadie me escuchaba, no quería morir allí”, dijo Blake.

El adolescente pasó al menos 10 horas en el océano, mientras que la Guardia Costera estadounidense y su familia lo buscaban desesperadamente. “Cuando me cansaba de nadar, flotaba sobre mi espalda. Yo quería vivir, sentía que era muy joven para morir”, menciona Blake.

Justo antes de darse por vencido, el joven comenzó a clamar a Dios. “Mientras trataba de sobrevivir, comencé a hablar con Dios pidiéndole misericordia”. De pronto, unas luces de color azul que procedían de un barco iluminaron su vista, animándolo nuevamente a seguir viviendo.

Blake siguió nadando y, alrededor de las 6 a. m., llegó a unos 6 kilómetros de donde fue arrastrado. “Después de salir del agua, caminé 30 minutos y luego recibí ayuda”, recuerda Blake. Actualmente, el joven se encuentra fuera de peligro, pero ante la experiencia, Blake reconoce el poder de Dios y se siente realmente agradecido.

Fuente: WJAX-TV, Impacto Evangelistico