Pablo Espinola es un joven comprometido con el Señor y su obra, lleva adelante una productora de audio visuales con mensaje y valores cristianos, La Gaceta Cristiana lo entrevistó y hoy le compartimos una nota relevante.

1. LGC ¿Cómo comienza la idea de hacer este cortometraje.

PE.   Siempre llamó mi atención el conflicto de Malvinas. Estaba en el último año del secundario y yo ya sabía que quería dedicarme al cine. Apareció la posibilidad de participar en un concurso de cortometrajes y supe que era una buena oportunidad de poner manos a la obra. Buscando historias de Malvinas en YouTube encontré la del padre de unos amigos: Carlos Felizzola. Su historia me revolucionó internamente, lo contacté y le compartí mi intención de filmar un corto basado en su historia y con mucha generosidad me dijo que sí.

2. LGC  ¿Cuánto tiempo llevó el rodaje?

PE.   El rodaje constó de cinco días y fue una experiencia increíble. Filmamos en una escuela, también en medio de una manifestación en la Ciudad de Buenos Aires, recreamos una trinchera, nos asesoramos con respecto a la guerra, todo eso casi con cero presupuesto.
Quiero agregar que el 90% del equipo éramos menores de 18 años.

3. LGC  ¿Cómo notaste que la recibió el público?

PE.   Fue muy conmovedor para todos. Creo que este hecho nos atraviesa a chicos, grandes, a las distintas generaciones. De alguna forma quedó una herida abierta en nuestra sociedad por todos esos años de gobierno militar que se coronaron con el conflicto en las Islas. Por eso el público argentino siente como propia cualquier acción que honre a quienes dieron su vida, a quienes padecieron en primera persona estas cosas. Recibimos hermosos mensajes pero lo más conmovedor fue ver a los ex combatientes que veían el corto. Estaban muy emocionados y les alegraba ver que las nuevas generaciones no los olvidaron y los honran.

4. LGC  ¿Qué te dejó a vos en lo personal?

PE.   Para mí primeramente fue un placer honrar a los ex combatientes de Malvinas con este corto. Tuve la posibilidad de mirar a los ojos a varios de ellos y decirles GRACIAS por defender mi nación, por ser héroes para todos nosotros. También crecí mucho como director y actor ya que hacer un cortometraje a los 17 años es una gran escuela para cualquiera. Tuve varios meses de documentarme y hablar con mucha gente con respecto a la temática y fue realmente apasionante.
Por último para mí fue una bendición inmensa compartir tiempo con Carlos Felizzola, el protagonista real de esta historia. Es un hombre inspirador que a pesar de haber atravesado la guerra en primera persona transmite una alegría y paz inmensa, que sin duda proviene de su vida en Dios. Entre las charlas que dimos en escuelas hubo una frase de Carlos que me conmovió: “ustedes seguramente no tendrán que pelear una guerra con rifles, pero sí tendrán sus propias batallas en la vida. Con Dios de su lado no tienen límites y van a salir victoriosos”. Hoy, cinco años después, me siguen resonando esas palabras y he tenido varias batallas pero a todo le he podido hacer frente y salir adelante. Espero que todos los que se sienten frente a adversidades puedan ver esta historia y sentirse inspirados a salir adelante.