En respuesta a una pregunta el lunes en la columna de Desiring God de un oyente cuyo hijo de 16 años se fue de la casa y se alejó del Señor, el Pastor de la Iglesia Bautista Bethlehem explicó el desafío de diferenciar entre criar a los hijos y la disciplina de la iglesia. Esto es complejo a la luz de las Escrituras y los versos que se enfrentan, como los que muestran a la figura del Padre Compasivo que mostró misericordia con el hijo pródigo en los evangelios, y el carácter estricto que Dios reclamó a Eli no tener para con sus rebeldes hijos.

«Uno de los aspectos difíciles acerca de la disciplina de la Iglesia es, por un lado, que tenemos el mandato, por ejemplo, de ni siquiera comer con alguien que profesa ser creyente y vive en inmoralidad,» dice Piper, refiriéndose a 1° Corintios 5:11.

Pero cuando se trata de relacionarse con adolescentes rebeldes, «las expectativas normales de lo que debería ser un padre piadoso puede llegar a ser una línea difícil de trazar,» explica Piper. Estas situaciones están llenas de ambigüedades, y surgen muchas preguntas como: ‘¿Qué tan serio es el comportamiento pecaminoso?’ y ¿El irse de casa es un detalle más dentro de la rebeldía o sólo una honesta diferencia de convicciones?’

«La razón por la que éstas preguntas importan es que nos llevan a analizarnos acerca de nuestra generosidad hacia otros, especialmente para con quienes nos maltratan,» dice Piper. Las palabras de Jesús en Mateo 5 acerca de poner la otra mejilla y no rehusarnos a quien nos pide o nos quita algo, son en gran manera radicales, confiesa Piper, pero también hay «esferas de la sociedad donde la Biblia establece límites para estas enseñanzas.»

Piper también destaca que mientras más años tiene, más se inclina a tomar estos mandamientos de Jesús «literalmente, en lugar de tratar de justificarme por no cumplirlos,» agregando que no cree que las reglas sólo existan para «dictar cuando ayudar a un hijo pródigo en lo financiero y cuando no.»

«Por un lado, debes mostrarle al muchacho que Jesús es quien satisface toda necesidad. Y no apoyarlo con dinero no significa que estés siendo tacaño o avaro. Por el contrario, es una muestra de que deseas el bien para el muchacho.»

Además agregó: «en algún momento, puedes darle un regalo, no para alentarlo en su vida pecaminosa, sino para mostrarle la gracia y a través de la generosidad esperar que Dios abra sus ojos.»

«Más allá de esto esto,» enfatiza Piper, «sumérgete en la Palabra de Dios y une fuerzas junto a tu esposa en continúa oración, por sabiduría y amor y firmeza, y aún gozate mientras tú corazón es transformado. Y yo creo que Dios, por encima de todo, te mostrará el camino a seguir.»