Jesús abordo

En mi familia siempre tuve ascendientes que tuvieron alguna relación con los barcos, una vez uno de ellos me relato una pequeña historia que me quedo grabada y que siempre que tengo alguna dificultad viene hacia mi cabeza.
Transcurría la década de los 80 y trabajaba en Punta del Este en unos barcos en el cual era capitán. Un día se levanto una gran tormenta que estremecía el mar entero, y en su casa lo estaban esperando ya que por la gran tormenta no iba a poder manejar una de las embarcaciones en la que él estaba trabajando. Pasaron las horas, y él no llegaba, paso mucho tiempo y recién cuando obscureció volvió y le preguntaron el porqué de su tardanza, y él dijo: Tarde porque cuando hay gran tempestad en el mar, partimos a la costa, ya que necesitamos probar si el barco es bueno, solo así uno sabe con exactitud si puede resistir una tormenta en pleno océano, entonces vamos y luchamos contra las grandes olas. Eloy Domínguez

Yo pienso que con los cristianos es lo mismo, que cuando hay dificultades es cuando mas tenemos que luchar y resistir, ya que en esas etapas es cuando nos vamos dando cuenta el valor que tenemos, ahí es cuando formamos nuestro carácter y perseverancia sin perder la fe de que nuestro Señor esta en control. Sin lucha no hay victoria, y sin victoria no hay gloria.

  • «Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26. El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?»

¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Fue lo que le dijo Jesús a sus discípulos después de que lo despertaran. Los discípulos tenían en carne y hueso a Jesús, el hijo de Dios, el mismo que creo los océanos, y aun así temían. Aunque yo creo que si muchos tuvieran a Jesús en carne y hueso también temerían, porque no es una cuestión visual es una cuestión de creer en su autoridad. Pero para tener esa autoridad, necesitamos tener primeramente fe para poder confiar en que va a suceder. Una vez que alimentamos nuestra fe, el miedo y demás síntomas negativos desaparecen, porque uno confía en que Jesús esta bajo control, ya que si analizamos el versículo anterior, Él estaba descansando cuando ocurrió todo este alboroto en el mar, y es porque Él confiaba en si mismo, a pesar de que sus discípulos temían. Entonces creo que es momento de que empieces a mentalizarte de que el poder de Jesús esta dentro tuyo, y cuando logres tener esa fe, que solamente se logra con ayuno y oración, es ahí cuando tu vida se empieza a transformar porque dejas de ver con tus fuerzas y con tu coherencia, para comenzar a creer en lo sobrenatural. ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?, era la pregunta que se podía oír entre los que estaban, y la respuesta es: Jesús, el hijo del creador, la promesa de una nueva esperanza, el antes y después de la humanidad y el redentor de nuestras almas. La autoridad que Jesús nos da es fundamental para esos momentos de prueba, ya que es primordial luchar contra las huestes del mal que constantemente intentan agobiarnos y oprimirnos. Y esa gran autoridad viene producto de creer ya que fue depositada en nosotros, y que no se ira ni a diestra ni a siniestra. ¿Pero usted cree en el poder de Jesucristo? La gran pregunta es…

¿Cómo esta su fe hoy en día?

Marcos J. Domínguez