Fue la policía israelí quien descubrió un graffiti hebreo signado por el odio en las paredes de una iglesia cristiana de Jerusalén.

A raíz de este hecho, el domingo pasado la vocera policial, Luba Samri, dijo que las consignas anti-cristianas se encontraron en las paredes exteriores de la Abadía de la Dormición, -construida en el lugar donde según la tradición murió la madre de Jesucristo-, en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

La portavoz de la Abadía de la Dormición, Nikodemus Schnabel, dijo que el graffiti incluye «mensajes muy radicales» como: «Que el nombre de Jesús sea borrado» y «Muerte a los infieles cristianos enemigos de Israel».

Aunque la policía continúa con las investigaciones, las sospechas recayeron inmediatamente sobre extremistas judíos que, desde hace años, ejercen su vandalismo sobre propiedades palestinas, así como mezquitas, iglesias, las oficinas de los grupos pacifistas israelíes e incluso bases militares israelíes.

Los llamados ataques de «etiqueta de precio» tratan de exigir un costo para los pasos israelíes consideradas como favorecedoras para los palestinos.

Estos ataques han provocado una condena generalizada y el gobierno de Israel prometió imponer mano dura con los vigilantes judíos.

La agencia de noticias AFP informó que según la tradición cristiana, en este lugar, situado en el Monte de Sión, fuera de las murallas de la Ciudad Vieja, también tuvo lugar la última cena.