En medio del punto de congelación profundo que se ha llevado la electricidad de millones de habitantes, que cortó el suministro de agua, congeló las carreteras, e interrumpió las comunicaciones, ni siquiera las iglesias de Texas pueden proveer un santuario de confianza – pero los lideres están haciendo todo lo que pueden para conectar y confortar a sus comunidades.
El domingo 14, todo el estado de Texas fue puesto bajo alerta de tormenta invernal.
“Llegamos un poco tarde al asunto de la estación de calefacción porque la iglesia también perdió electricidad por un tiempo”, dijo Steve Bezner, pastor principal de la Iglesia Houston Northwest.
Una vez que el edificio estuvo abierto el martes por la tarde, más de sesenta residentes vinieron a escapar del frio y cargar sus aparatos electrónicos durante el día, y la iglesia también cubrió los costos de hospedaje en hoteles para personas que no tenían un lugar cálido donde dormir.
El estado esta entrando a su cuarto día consecutivo de apagones extendidos y clima congelante, una crisis tan extensa y terrible que las familias se están calentando en sus autos o aventurándose a ir a lugares que están en las áreas donde todavía hay energía, tales como hogares de amigos o iglesias como la de Bezner.
Durante las temperaturas bajas fuera de temporada, que han bajado hasta los números de un solo digito, los ministerios están apurados por ofrecer refugio, distribuir cobijas, y proveer comida para personas viviendo en las calles, así como aquellos en el centro de Austin en los campamentos de personas sin techo que se han llenado durante la pandemia.
En la misma calle cerca del campamento, la Iglesia Christ Church of Austin cerro su edificio después de que las tuberías reventaran y se inundara el edificio y destruyera el sistema eléctrico – y no pudieron recibir a sus vecinos u ofrecerles el servicio de Miércoles de Ceniza en el patio y recibir la ceniza en un servicio de drive-through como estaba planeado.
Christine Warner, la directora con base en Austin de la Anglican Church con la Iniciativa Mateo 25 en América del Norte, describió como “los vulnerables están sirviendo a los vulnerables”. Las personas se están cuidando unas a otras en los campamentos, así como en las comunidades de trabajadores indocumentados en sus casas móviles.
Los actos pequeños y grandes de generosidad – aventones, comidas, y suministros que intercambian entre vecinos, miembros de la misma iglesia, o personas que son casi extraños, personas acampando en las salas de estar de otras personas – parecen necesarias debido a las circunstancias y una salida a la mano de la solidaridad construida durante los últimos 11 meses desde que el COVID llegó.
Jamie Aten, director ejecutivo del Humanitarian Disaster Institute en Wheaton College, recomienda que las iglesias que quieran ofrecer refugio tengan un plan de emergencia a la mano y se asocien con autoridades locales o la Cruz Roja.
“Antes de abrir sus puertas, asegúrense que su establecimiento es seguro para darle la bienvenida a otros, desde una selección de voluntarios hasta tener los recursos más básicos”, dijo él. “También me gustaría recomendarles mucho a las iglesias que se acerquen a las agencias locales de emergencia y otras autoridades locales para ver que recursos hay disponibles para apoyar sus esfuerzos de llegar a los necesitados. Otra forma en que las iglesias pueden ayudar es acercándose a las organizaciones sin fines de lucro que se especializan en encierros forzosos y explorar asociarse con ellas, tales como la Cruz Roja”.
En The Woodlands, al norte de Houston, Church Project abrió su edificio como un centro de calentamiento con catres proveídos por el condado, agua y refrigerios provenientes del banco de alimentos local, y apoyo de Hope Beyond Bridges, un ministerio para los sin techo. De acuerdo a una declaración de John Shaw, el pastor de conexiones en Chuch Proyect, desde la tarde del domingo, 23 personas han llegado a refugiarse.
“Esto es muy duro. Está frio. Muchos de nosotros no tenemos energía eléctrica ni agua o ambas. Todos estamos lidiando con frustraciones, miedos y ansiedades por el COVID”, twitteó David Norman, pastor de University Baptist Church en San Antonio. “Pero nadie lo tiene que hacer todo solo. Asegurémonos de que no sea así”.
Incluso cuando la electricidad y el servicio de agua sean restaurados, muchos se quedarán con los estragos de sus hogares que no estaban preparados para el invierno y que fueron golpeados por el clima invernal severo. Bezner de Houston Northwest Church ya se está preparando para movilizarse y ayudar a familias con reparaciones a sus hogares, servicio de lavandería o asistencia financiera.
Foto: AP – The Dallas Morning News
Fuente: Christianity Today