Este grupo terrorista se apoderó la semana anterior de la ciudad de Baga, en el estado de Borno. El líder cristiano Ignacio Kaigama dijo que quiere que la comunidad internacional muestre determinación para detener el avance de los militantes, que están matando a los cristianos indiscriminadamente, bombardeando pueblos, iglesias y mezquitas.
«Espero que incluso en este caso, una gran demostración de unidad nacional se llevará a cabo, para decir no a la violencia y encontrar una solución a los problemas que afectan a Nigeria», dijo Kaigama.
Algunos residentes de la zona que se marcharon a la capital del estado de Borno, Maiduguri, han explicado a la prensa cómo los atacantes quemaron y saquearon la aldea, de la que “poco queda en pie”.
“Cientos de milicianos fuertemente armados comenzaron a prender fuego a comercios y viviendas y mataron a todo aquél que intentaba huir”, relataba a través de un intérprete Musa Maina Yusuf, vecino de la localidad.
Posterior a este ataque, otro hecho se suscitó en Maiduguri, cuando una niña de 10 años se inmoló en un mercado, matando a más de 20 personas.
Ban Ki-Moon, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), condenó los ataques diciendo que estaba listo para ayudar al gobierno de Nigeria en «poner fin a la violencia y aliviar el sufrimiento de la población civil.»
«Esto marca una escalada preocupante y sangrienta de la embestida constante de Boko Haram contra la población civil», dijo Daniel Eryë, de Amnistía Internacional, en un comunicado.