Cinco años después de que los ovejeros Fulani destruyeran una iglesia en un raid en el que murieron cientos, un Pastor estadounidense y un abogado ayudaron a reconstruirla, lo que trajo «esperanza y sanidad en medio de un régimen asesino.»
El Pastor de la ciudad William «P.B.» Devlin, CEO de la organización no gubernamental REDIMIDO; y Emanuel Ogebe, un abogado internacional por los derechos humanos del Grupo Ley Nigeria, se unieron para ayudar a la comunidad Agatu en el estado Benue de Nigeria.
Ambos hombres ayudaron a juntar fondos para reconstruir la Iglesia Metodista, después de la tragedia que la golpeó hace cinco años.
«Sanidad y Esperanza: esas son dos grandes palabras que hemos podido ver en la práctica,» dijo Devlin.
Los atacantes Fulani destruyeron e incendiarion la Iglesia Metodista Agatu en Febrero de 2016. Mataron a cinco miembros, a cientos de aldeanos y destruyeron 70 casas.
En Octubre del 2020, Devlin visitó Agatu y prometió a los miembros de la Iglesia que «por fe y por la gracia de Dios, con la esperanza en el Señor Jesús, la Iglesia estaría completamente terminada para el 25 de marzo, y y así se realizaría el Servicio del Domingo de Resurrección el 4 de Abril.»
«Y vamos a tener una gran celebración», aseguró Devlin a la comunidad en aquel momento.
Cuando estuvo de visita en Octubre, vió como cabras comían el pasto en las ruinas, dónde los creyentes aún se reunían debajo de una sombra para protegerse del sol.
«Miré hacia las ruinas (de la Iglesia) y ví cabras comiendo el pasto, y pensé ‘¿Qué es esto?’ Eso tocó mi corazón…,» dijo. «Por los últimos cinco años, la Iglesia estuvo batallando sola.»
Devlin le dijo a los feligreses, «éste es hoy un lugar de cabras, pero Dios lo convertirá en espacio para ovejas.»
Devlin retornó a los Estados Unidos y recaudó U$30000 para la reconstrucción.
Regresó a Nigeria varias veces. Y en Diciembre, el trabajo en la Iglesia comenzó con la ayuda de constructores locales, y con materiales comprados en la comunidad para así estimular la economía local.
«Nuestra esperanza, al reunir el dinero para la reconstrucción, era que la mano de obra y materiales fueran del lugar. Entonces, la economía echaba a andar», explicó. «Estamos contribuyendo al descenso del desempleo en el área también. Es un trabajo integral.»
La comunidad empezó a tener esperanza, a medida que la iglesia tomaba forma, remarcó Devlin.
Mientras la construcción continuaba, la congregación se multiplicaba, y el entusiasmo se regaba en la comunidad.
Cuando llegó el Domingo de Pascuas, el servicio religioso estaba lleno.
Cerca de 500 personas se reunieron en la Iglesia -un edificio de techos de metal azul y paredes amarillas- el Domingo de Resurrección, para un servicio que duró cinco horas. Según Devlin, hubo música, danza, adoración, predicación, enseña y dedicación de niños.
«La gente estaba entusiasma y llena de esperanza, por eso llenaron la Iglesia», remarcó. «Le dije a la congregación, ‘No soy Metodista, pero ví sus lágrimas. Y Apocalipsis 21 dice que Dios enjugará cada lágrima cuando estemos con Él’. También les dije: ‘Quiero seguir los Pasos de Dios, así que vine a Agatu a enjugar las lágrimas derramadas por los asesinados, por las casas destruídas, y por la Iglesia destruída.»
Nigeria es el país más populosos de África y se ubica en el 9° puesto de la Lista de Puertas Abiertas, entre los países más peligrosos para Cristianos debido a su «extremo» nivel de presión islámica.
Puertas Abiertas reporta que «más Cristianos son asesinados por su fe en Nigeria que en cualquier otro país.»
El Índice de Terrorismo Global ubica a Nigeria como el tercer país más afectado por el terrorismo y reporta más de 22000 muertes por actos de terror entre 2001 y 2019.