En este día se recuerda la figura y el accionar del Pastor anglicano y Maestro Williams
Case Morris., que a partir de su llegada a la Argentina en 1886 fundó varias escuelas,
especialmente en barrios con situaciones de grave pobreza y aislamiento, tales como La Boca y
Palermo.
En La Boca, además de dedicarse a la obra con los niños y las niñas, que hacia 1893
contaba con una asistencia diaria de cerca de 150, ayudaba y predicaba a marineros, inmigrantes y
otros desposeídos.
En la zona de Palermo, hacia 1898 se acercó a los niños pobres de la calle, les dio higiene,
ropa y calzado. Y hecho esto, empezó el verdadero y más importante objetivo: Brindarles amor y
educación. Fundó una escuela gratuita para niños varones que pronto llegó a tener 220 alumnos, y
una de niñas que llegó a tener 200. Al poco tiempo abrió una tercera escuela, y para 1899
sus alumnos ya se contaban en 600.
Para 1904 las “Escuelas Evangélicas Argentinas” contaban con una matrícula de más de
2700 alumnos. Además de la enseñanza gratuita se instituyeron complementos como por ejemplo
reparto de ropa, alimentos y asistencia médica. Luego de 10 años de presencia en Palermo y sus
alrededores, las Escuelas Evangélicas Argentinas ya pasaban los 5300 alumnos.
La relevancia de las Escuelas Evangélicas Argentinas de W. Morris, radicó no sólo en la gran
extensión de la red de instituciones establecidas o en la aplicación de métodos pedagógicos modernos,
sino que además, las escuelas evangélicas por él diseñadas, fueron pioneras en el campo de la
instrucción preescolar, la educación musical, la capacitación científica y la educación física, técnica e
industrial.
Hacia 1910, tiempo del centenario, en cifras estimativas, 38.700 alumnos habían recibido
educación, siendo provistos 32.000 libros y útiles escolares. El dispositivo asistencial de las
escuelas había sido capaz de cubrir la necesidad de ropa y calzado a 34.000 niños y la asistencia
médica para 12.400 educandos.
El 29 de mayo de 1925 funda el «Hogar El Alba» para niños huérfanos y desamparados.
Su lema de acción, siempre vigente, decía: «Pasaré por este mundo una sola vez.
Si hay alguna palabra bondadosa que yo pueda pronunciar alguna noble acción que yo pueda
efectuar diga yo esa palabra, haga yo esa acción AHORA,pues no pasaré mas por aquí…»
.