Se reportó el asesinato de un pastor nigeriano y el secuestro de su esposa mientras que transitaban en un estrecho de carretera notoriamente conocido por el lugar donde en los últimos meses cientos han sido secuestrados por criminales armados.
La Asociación Cristiana de Nigeria (CAN por sus siglas en inglés) ha condenado el asesinado de Jeremiah Omolara, el Pastor de Kaduna, de la iglesia Living Faith Church, quien se dice fue asesinado por hombres armados el domingo por la tarde mientras viajaba con su esposa e hijo en la autopista Abuja-Kaduna.
Una fuente le dijo a The Punch que hombres armados abrieron fuego contra el vehículo de la familia y mataron a Omolara. A pesar de que su hijo pudo escapar, no se puede decir lo mismo para la esposa de Omolara.
Se dice que los captores demandan que se pague un rescate de aproximadamente $137,500 dólares.
El incidente fue confirmado por Joseph Hayab, quien encabeza el capítulo Kaduna de CAN. Sin embargo, la policía y las autoridades no han confirmado el asesinato a pesar de las llamadas que han hecho las organizaciones de noticias.
Al hablar con los reporteros, Hayab también anunció que el pastor en Kasuwan Magani, el gobierno local en el área de Kajuru fue atacado por hombres armados en su residencia. Un guardia de seguridad fue asesinado como resultado de éste ataque mientras el pastor pudo escapar.
Adicionalmente, Hayab declaró que la hija de 13 años de edad del Pastor también fue secuestrada en Kasuwan Magani por hombres armados quienes han demandado se pague un rescate.
«Ahora el pastor de la iglesia Living Faith fue asesinado en el área de Kaduna-Abuja en la presencia de su esposa, quien más tarde fue secuestrada», declaró Hayab, de acuerdo al Daily Post de Nigeria. «Eso te dice que la nueva modalidad es atacarnos en nuestros hogares o en nuestras iglesias o en las carreteras. No estamos seguros en ningún lugar y estamos haciendo la misma pregunta que hemos venido haciendo: ‘¿dónde están nuestras agencias de seguridad?'».
«¿Se nos está diciendo tácticamente que deberíamos defendernos a nosotros mismos?» preguntó Hayab. «¿Si comenzamos a defendernos nosotros mismos, eso significa que ya no tenemos seguridad o que ya no tenemos gobierno?. ¿O es éste gobierno solamente para aquellos que ellos aman y no les importan los otros?»
Hayab habló al gobierno federal, específicamente al inspector general de la policía, para que haga algo sobre los ataques que han sido perpetrados en contra de los cristianos de Kaduna. El criticó al Gobernador de Kaduna Nasi Ahmad el-Rufai, diciendo que él «no escucha y siente que lo sabe todo».
«No estás ayudando a detener los ataques. Nosotros estamos realmente preocupados que las personas, especialmente el clérigo en Kadura ya no están seguros», dijo Hayab. «No queremos una situación donde seamos forzados a pensar en cómo protegernos a nosotros mismos, creemos que el gobierno está allí para protegernos».
El asesinato de Omara llega cuando muchos através de Nigeria han sido retenidos como rehenes o asesinados o atacados de alguna forma por bandidos armados, causando un incremento en la preocupación de la seguridad pública a través del país. En el estado de Kaduna, los bandidos han tomado control de la autopista Kaduna-Abuja y la han hecho insegura para la mayoría de los motoristas.
«Viajar en la autopista Abuja-Kaduna se ha vuelto en una pesadilla inimaginable para los nigerianos y ha hecho resaltar el estado deterioro en la seguridad del país», así lo indica una carta abierta de la editorial The Punch. «El lunes pasado, pistoleros atrevidos secuestraron al Presidente de la Comisión Universal para la Educación Básica, Muhammad Abubakar y su hija; también le dispararon a su chofer y lo mataron. Muchos otros han sido declarados perdidos».
En añadidura a los bandidos, las comunidades agrícolas de cristianos en Kaduna han enfrentado este año una serie de ataques llevados a cabo por los radicales Fulani.
A través de Nigeria, miles han sido asesinados en los últimos años como resultado de los ataques Fulani contra las comunidades agrícolas predominantemente cristianas en el Cinturón Medio y al sur de Nigeria. En los últimos años, los ataques Fulani han incrementado en severidad y número conforme se reporta que pueblos completos han sido destruidos y las aldeas han sido desplazadas.