El conocimiento es una herramienta fundamental para los cambios y las transformaciones. Por ello, la educación juega un rol fundamental en la vida de todas las personas porque permite el pensamiento crítico; resolver problemas y trazar objetivos a futuro.
En Haití el analfabetismo es un problema serio. Y es de tal magnitud, que en su idioma criollo no existe una palabra que represente a la palabra “alfabetización” de nuestro castellano.
Desde 2012, Bobbie Solley, del Departamento de Desarrollo Internacional de la Educación ha traído a Haití grupos de educadores estadounidenses interesados en ayudar a estos niños.
Pero, al llegar a territorio haitiano los profesores se dieron cuenta de que primero debían enseñarles los métodos de lectura y comprensión de textos a los docentes.
La lectura debe ser comprensiva e interpretativa
Con respecto a esto, Bobbie Solley explicó: “La mayoría de los maestros no saben cómo enseñarles a leer a sus alumnos; y otros no saben que pueden enseñarlo porque todo es memorizado y recitado. Entonces, si memorizan las palabras, pueden leer”.
Entonces, Solley enfatiza: “La lectura es la herramienta más importante que podemos enseñarle a los niños. Sin lectura, los niños nunca serán exitosos, no podrán mejorar sus vidas y siempre permanecerán en el mismo lugar”.
En Haití, los métodos de educación están desactualizados y por ende, son poco efectivos. Los maestros, a menudo, dicen en voz alta las palabras para que los niños las repitan. Así es como ellos aprenden: memorizan las palabras en lugar de aprender lectura y comprensión.
Por ello, la misión prioritaria de estos profesores cristianos norteamericanos es: ayudar a los maestros a enseñar a leer de forma más efectiva.
Otra situación que comprobaron los profesores, según lo que relató Solley, es que “Los maestros nos dicen quiénes son sus mejores lectores y vamos a escucharlos. Entonces, vemos que sí, que están leyendo con fluidez pero cuando les preguntamos qué leen, no pueden respondernos porque no han podido comprender nada de lo leído”.
Los escolares sirven como ejemplo de lo que se necesita para alfabetizar. Y luego los profesores trabajan con los maestros para que prueben sus métodos con los alumnos.
El representante del Desarrollo Internacional de la Educación de Haití, Bobbie Solley, también explicó: “Trato de decirles cada vez: Esto no será fácil. Será difícil porque nunca lo han visto antes. Pero, usualmente hay 3 ó 4 maestros, en cada escuela, que están dispuestos a aprender todo lo que decimos y probarlo de inmediato. Ellos ven los beneficios y ven rápidamente los resultados”.
Dos idiomas entre los retos a desafiar
Un gran reto que enfrentan los profesores estadounidenses son los dos idiomas que se hablan en Haití, el francés y el criollo.
“El criollo es su idioma nativo. El francés es el lenguaje de poder. Todos creen que los niños deben aprender a leer francés apenas entran a la escuela. Pero, conozco, a través de investigaciones alrededor del mundo, que los niños aprenderán a leer si primero leen en su lengua nativa. Quienes vienen del contexto criollo, no hablan francés. Y ni bien ingresan en la Guardería los docentes les empiezan a hablar y a escribir palabras en francés. Entonces, los niños no tienen idea de qué ocurre y por eso memorizan”, explica Solley.
Mientras la tarea, a veces, parece abrumadora al mismo tiempo ellos están motivados por maestros haitianos quienes realmente desean que sus hijos aprendan. Profesores como Madeline, a quien Bobbie conoció hace un año, se le ha enseñado cómo marcar la diferencia. Madeline ahora trabajará con otros para ayudarles a poner en práctica los nuevos métodos.
“Creo que así es cómo se sustenta un país. Y así es como los niños aprenden a depender de sí mismos. De lo contrario, nunca aprenderán a depender de sí mismos si siempre hay que decirles las cosas. Por eso quiero que ellos tengan la confianza de saber qué hacer”, explia Solley.
Madeline está apasionada con este nuevo enfoque ya que sabe que llevará a Haití hacia un futuro mejor.
“Cuando estaba en la escuela no me enseñaron bien, pero ahora comprendo mejor. Si puedo enseñarles a los maestros, los niños aprenderán en el futuro”, dice la maestra Madeline Joseph, y enfatiza: “Si los niños haitianos y los jóvenes adultos son educados, pueden empezar lentamente a impactar en sus comunidades y su país. Pero para efectos rápidos, los adultos deben aprender también”.
Operación Bendición Internacional empezó a ofrecer clases para adultos en una de sus comunidades fuera de Puerto Príncipe. Esto se logró luego de una solicitud realizada por un grupo de padres.
Por su parte, Dora Nemere, de Operación Bendición relata: “Queremos que los padres puedan ayudar a los estudiantes con su tarea y apoyarlos con cosas muy básicas como por ejemplo, escribir sus propios nombres, contar cuántos niños, primos y parientes tienen aquí. La mayoría de las mujeres estudian aquí porque lo hacen por sus pequeñas empresas, como la venta de pescado u otras cosas. Entonces también enseñamos matemáticas básicas para que se beneficien”,
“Quiero leer la Biblia y quiero leer las canciones y cuando los niños lleguen de la escuela poder revisar lo que hacen. Que ellos no puedan mentirme más”, indica un estudiante.
Flamantes Egresados
Recientemente se graduó la primera promoción de 32 estudiantes y ahora hay 27 nuevos alumnos que participarán de este interesante proyecto.-