En una provincia remota en Mongolia aproximadamente a 225 kilómetros de la ciudad capital, una joven madre y su esposo trabajan sin cansancio día y noche cuidando a sus ovejas, chivos, vacas y caballos. Como pastores nómadas, ellos se mudan cuando las estaciones cambian y hacen su hogar en las diferentes áreas a través del campo montañoso.
Sin importar que tanto hayan trabajado Adiyaa y su esposa Myadagaa para proveer para sus tres hijos, y no importa que tanto los amen, se encontraron impotentes para salvar la vida de su hija menor.
Ulzii, que ya tiene 4 años, nació con un agujero en su corazón y sin cirugía no hubiera vivido por mucho tiempo. La angustia de sus padres escaló cuando supieron que el procedimiento no podría ser hecho en ningún lugar en Mongolia.
Sin embargo, las circunstancias tomaron un vuelco radical para mejora cuando la familia se conectó con Samaritan’s Purse. La historia de Ulzii y de como Dios usó nuestro Proyecto Children’s Heart (Corazón de los Niños) para traerle la cirugía que le salvó la vida es solo una de las muchas que Franklin Graham, el Presidente de Samaritan’s Purse, escuchó durante su reciente visita a Mongolia.
Durante los últimos 21 años, el Proyecto Children’s Heart ha traído cirugía que ha salvado la vida de más de 1,280 niños de países que no tienen las instalaciones médicas o experiencia para realizar procedimientos tan complicados. Samaritan’s Purse transporta a Norte América al niño enfermo junto con un padre o guardián – donde ellos se instalan con una familia cristiana como su anfitriona – y entonces entran a la operación donada por un hospital local.
“Más de 400 niños de justo aquí en Mongolia han recibido cirugía que les salvó la vida. No hubiéramos podido hacerlo sin el apoyo de muchas personas y sus oraciones y regalos que hacen esto posible,” dijo Graham. “Hemos visto niños y sus padres llegar a la fe en Cristo Jesús. Hemos visto iglesias que se plantaron, todo por un simple acto de amor – cuidando de estos niños y trayéndolos a donde pueden ser atendidos.”
Cuando Graham visitó el hogar de Ulzii, sus padres y familia extendida disfrutaron al proveerle una prueba de su estilo de vida único. Invitaron a Graham a su yurta – un hogar tradicionalmente nómada que es redondo, portable y fácil de ensamblar – para que tomara té con leche y empanadillas. Los niños de la villa participaron en una carrera de caballos y después la familia le mostró como ordeñan las chivas.
También le agradecieron a Graham y al Samaritan’s Purse por hacer posible la cirugía de Ulzii.
“Sabía que no había esperanza para mi hija en Mongolia – pensé que sería imposible que mi hija fuera sanada,” dijo Adiyaa. “Te extiendo mi más profunda gratitud por darle el regalo de la vida a tantos niños. Te diré una y otra vez que tan agradecido estoy por lo que has hecho.”
Durante su visita, Graham también compartió el Evangelio y oró con la familia.
“Estas personas son tan generosas y amorosas. Tienen tan poco, pero comparten todo lo que tienen,” dijo él. “Estamos tan agradecidos de que su hija esté bien – le damos la gloria a Dios. Esperamos verla crecer.”
Una Segunda Oportunidad
Cuando Myadagaa escuchó la devastadora noticia sobre la salud de Ulzii ella sabía que era poco probable ver que su preciosa hija creciera – y eso casi rompió el corazón delicado y amoroso de la madre.
“Mi corazón es para mis hijos,” dijo ella. “Cuando vi como sufría mi hija con el problema del corazón deseé tener yo la enfermedad.”
Ulzii lloraba mucho cuando era bebe, tenía dificultad para ganar peso y constantemente estaba enferma. Sus padres sabían que algo no estaba bien y la llevaron al hospital en Ulaanbaatar, la ciudad capital.
Cuando Ulzii tenía aproximadamente un año y medio el hospital refirió a la familia al Samaritan’s Purse y les ayudamos a recibir la cirugía que le salvaría la vida. El Samaritan’s Purse proveyó transporte para Ulzii, su madre y un intérprete a Gran Caimán y coordinó con un hospital asociado y cirujanos que donaron sus servicios.
También arreglamos una familia anfitriona para Ulzii y Myadagaa que las cuidó mientras estaban a miles de kilómetros lejos de casa.
Vida Nueva en Cristo
Myadagaa no podía creer la diferencia después de la cirugía de Ulzii. “Mi hija está creciendo bien y haciendo amigos y asistiendo al jardín de niños,” dijo ella. “Se volvió una niña alegre.”
Ulzii no fue la única que experimentó un cambio de vida dramático en Gran Caimán. Conforme Myadagga interactuaba con nuestro personal ella aprendió sobre Dios y la Biblia. “El día de la cirugía de mi hija tomé la decisión de recibir a Jesús como mi Salvador,” explicó Myadagaa. “Antes de unirme al Proyecto Children’s Heart nunca había escuchado del Evangelio.”
A pesar de que Myadagaa no conoce a otros cristianos en su provincia remota, ella está comprometida a seguir acercándose a su Salvador.
“Leí la Biblia cada día para poder crecer en mi relación con Dios. Conforme leía, Dios me hablaba,” dijo ella. “Siento paz y que Dios está conmigo.”
Celebrando la Fidelidad de Dios
Graham también asistió a una cena especial y un programa en Mongolia con los beneficiarios y sus familias del Proyecto Children’s Heart. Los niños presentaron canciones y bailes tradicionales de Mongolia y Graham les llevó palabras de aliento.
El compartió de la Biblia sobre como Jesús y Sus discípulos quedaron atrapados una vez en medio de una terrible tormenta. Los discípulos de Jesús temían por sus vidas hasta que Jesús reprendió al viento y a las olas.
“Cuando vieron a sus hijos enfermos, estaban pasando una tormenta en su vida. Tal vez algunos de ustedes sintieron que se les acababa la esperanza,” les dijo Graham a los padres de los niños.
“Cuando pasamos por tormentas en la vida, si hemos invitado a Jesús a nuestro corazón, no tenemos de que preocuparnos por que Él está con nosotros y nunca debemos que temer.”
Graham también escuchó el testimonio de Bat-Ulzii, el Pastor de discipulado de una iglesia en Ulaanbaatar. En el 2006 cuando Bat-Ulzii tenía 13 años recibió cirugía del corazón en San Antonio, Texas a través del Proyecto Children’s Heart.
Bat-Ulzii vino de una familia budista y escuchó el Evangelio por primera vez a través del trabajo de Samaritan’s Purse.
“Abrí mi corazón y acepté a Dios como mi Salvador. Antes pensaba que solo necesitaba cirugía del corazón, pero me di cuenta que hay un gran agujero que necesita ser llenado en nuestra alma. Dios es el único que puede llenar el agujero” dijo él.
Bat-Ulzii está casado ahora y tiene dos hijos. Su vida está completamente comprometida a compartir el Evangelio y glorificar a Jesús.
“Para mí el vivir es Cristo, y morir es ganancia.”