En un seminario de Puertas Abiertas, varios cristianos de trasfondo musulmán nos comunicaron que en diciembre, un grupo de líderes religiosos musulmanes se reunieron con dirigentes locales de la isla Tawi Tawi, del sur de Filipinas, para exigir que expulsaran a los cristianos de la zona por ser los culpables de provocar el fenómeno climático de «El niño”.
Los habitantes de esta isla viven en aguas estancadas junto al mar, dependen de las lluvias para tener agua potable y para sus necesidades básicas. Los líderes musulmanes dicen que la sequía es un castigo de Alá porque muchos musulmanes se están convirtiendo al cristianismo.
A pesar de ser presionado, el jefe del poblado dijo que los cristianos deben ser respetados y que en caso de expulsar a alguien, empezaría por los criminales.
Los cristianos llevan mucho tiempo viviendo en esta isla, si fueran expulsados sería muy difícil para ellos encontrar un sitio donde asentarse.
Arlene, una de los cristianos acusados por los líderes musulmanes dice que considera esta situación como una prueba de su fe en Jesús: «Confío plenamente en Dios y le entrego este problema porque Él sabe lo que es mejor para sus hijos.”
Junjun, una obrera de Puertas Abiertas del sur de Filipinas, pide que oremos: «Ora para que no siga adelante el plan de expulsar a los cristianos de la isla. Ora para que el Señor use al jefe para defender los derechos de los cristianos para vivir libremente en esta isla. Ora por los cristianos que se preparan para marcharse en caso de ser obligados, para que mantengan la calma y confíen en la provisión de Dios.”