En una entrevista con la agencia de noticias Rome Reportes, la familia cristiana iraquí explicó que, a pesar de que cientos de miles de cristianos en el Norte de Irak huyeron del conflicto, ellos eligieron quedarse y servir por amor a Dios y al prójimo.
Bashar Alsaqat, quien es doctor, dijo que deseaban quedarse y ayudar a sus compatriotas iraquíes quienes no tenían adonde ir.
«ISIS llegó en 2014. Todos huyeron de la llanura de Nínive, pero nosotros decidimos quedarnos,» dijo Bashar. «Soy doctor y mi esposa es maestra, y nos quedamos para servir a nuestra gente.»
Nabeela Jahola, la esposa de Bashar, explicó en la entrevista que la familia decidió inclusive, albergar en su hogar a los desplazados, hermanos y hermanas que buscaban refugio. También describió los sacrificios que tuvieron que hacer para ayudar a los menos afortunados.
«Ha sido un poco difícil. En lugar de cocinar para cuatro, tengo que cocinar para cincuenta,» contó Nabeela. «Dimos nuestra cama y conseguimos colchones para el resto. Tenemos que levantarnos muy temprano para conseguir suficiente comida para todos. Llegan a la noche y podemos sentir la necesidad, tenemos que ayudarlos, alimentándolos y proveyéndoles un lugar para dormir.»
Los desplazados internos no son las únicas personas a las que esta familia ayuda. Bashar explicó que ha tenido que ocuparse de todo tipo de heridos en la batalla, pero uno de los mayores desafíos que ha enfrentado es tratar de persuadir a los doctores, con quienes trabaja, que brinden asistencia médica a los heridos del bando terrorista de ISIS.
«Lo más difícil es convencer a mis colegas a que operen a pacientes que son miembros de ISIS,» confesó Bashar. «Ellos los ven como el enemigo. Pero, yo trato de convencerlos que detrás del extremista está el ser humano. Es por eso que nosotros lo hacemos, aún cuando algunas cirugías llevan dos o tres horas, y a veces más.»