Estas palabras fueron expresadas por una familia cristiana antes de ser ejecutada en manos del Estado Islámico en Libia.

Un miembro del personal de la CPI se encontró con un testimonio de un cristiano egipcio que escapó de la muerte en Libia. En su relato nos dijo que él estaba trabajando en Libia cuando militantes islámicos llegaron a la puerta preguntando si él y su familia eran cristianos. Luego fueron arrastrados  hacia afuera, pero cuando los militares estaban distraídos, se apartó y escapó.

A la mañana siguiente, cuando el regreso a su casa encontró los cuerpos de su padre y sus dos hermanos. Habían sido ejecutados por contestar:

«Sí, somos cristianos.»

Cada día se dan a conocer noticias como esta, sin que las autoridades internacionales actúen y pongan fin a este exterminio de  hombres, mujeres y niños, solo por ser cristianos.

Este testimonio nos recuerda que la fe no es algo del pasado, que se le puede defender hasta dar la vida y preservar el legítimo derecho de la libertad. Además  hoy continúa siendo vigente la frase que dijo Tertuliano hace 1.900 años: “La sangre de los mártires es semilla de los cristianos”.