En un ensayo lanzado el domingo y titulado: «¿Aceptar el Terrorismo Islámico como la nueva normalidad?», por el Instituto Gatestone; Nonie Darwish, autor de Totalmente Diferente: Porqué Escojo Valores Bíblicos sobre Valores Islámicos, explicó que este tipo de lenguajes no debe ser usado porque es señal de una sumisión blanda hacia ellos, y ciertas doctrinas islámicas depende justamente de conquistar personas con éste tipo de posición.
El terrorismo, destacó Darwish, no sólo es contra los no-musulmanes y Occidente, sino también un mecanismo contra los ‘moderados’,es decir musulmanes pacíficos, y así mantenerlos a raya.
Igualmente, el americano-palestino Hazeem Faraaj, autor de Mahoma, Jesús y Yo, donde hace una crónica de cómo llegó a Cristo, piensa que el Occidente es una ventana de oportunidades, ya que el 40% del mundo musulmán está esperando ver quien gana la guerra cultural.
«Hay una gran mayoría demográfica dentro de los 1.6 billones de musulmanes que no quieren tener nada que ver con el terrorismo,» dijo Faraaj.
Ataques repetidos de terrorismo y otras prácticas islámicas son mejor definidas como «lo no normal», enfatizó Faraaj, remarcando que no deberíamos dudar en hacerle frente a la violencia o a otras prácticas como el matrimonio infantil y asesinatos por cuestiones de honor.
Faraaj dijo que Estados Unidos está ahora haciendo «avances masivos» contra el Islamismo radical, pero no gracias a la retórica de Obama y Bush que lo catalogaban como «el Islam Es Paz».
«Por está razón, es absolutamente necesario resistir cualquier ideología que vaya en contra de nuestra libertad expresada en la cultura americana. No tenemos porque disculparnos por ser americanos y tener valores y metas,» dijo Faraaj.
«Mi confianza al decir esto está en la experiencia que tuve con con los textos y enseñanzas de Mahoma y la cultura árabe donde se adoctrina para el terror.»
«Afortunadamente, la visión está cambiando,» dijo Faraaj al referirse al reciente discurso de Trump en Arabia Saudí, donde instó a líderes musulmanes de 50 naciones a expulsar a los extremistas de sus tierras, el mundo árabe está aislando ahora a Qatar, uno de los promotores del terror.
Aún en medio de la crisis del creciente terrorismo, América tiene una oportunidad de «históricas y cósmicas proporciones,» Faraaj comentó.
«Y por esto debemos resistir la » actitud de mirar hacia otro lado» aprendida de nuestros políticos y líderes,» agregó.
Darwish elaboró en su ensayo que, dentro del Islam, las doctrinas de la yihad, de la expansión, y lo que se conoce como «dawash» -proselitismo- descansan en un uso «indiscriminado de la violencia y el terror.»
Conocido como «Targhib wal tarhib» que, traducido a secas, significa «señuelo y terror», es una herramienta usada para » conquistar naciones y forzar a los ciudadanos a someterse a las leyes islámicas, » dijo Darwish.
La estrategia es manipuladora, y apunta a «anular los instintos humanos y la búsqueda de placer, lo cual es severamente castigado -en una suerte de lavaje de cerebro para evitar que la gente se revele contra el Islam.»
Los reclutadores extremistas que están en busca de nuevos soldados, también usan estas estrategias. Ellos enfatizan la glorias que les esperan al unirse a la causa; luego, cuando los reclutas fallan en el proceso de adaptarse a la yihad, se hace uso de las amenazas y el terror para mantenerlos fieles.
«El Islam ha usado estas técnicas de «placer por el dolor», y crueles e inusuales castigos, desde sus inicios hasta hoy,» dijo Darwish. A diferencia de la Biblia y de la tradición judeo-cristiana, el Islam apela al «instinto humano de supervivencia para quebrar las voluntades humanas y esclavizarlos en obediencia.»
Lamentablemente, muchos musulmanes no están al tanto de esta doctrina, como Darwish no lo estaba hasta que recibió todo su impacto en su nativo Egipto. Pero los líderes radicales más fuertes si promueven estas ideologías a través de los medios de comunicación.
En la cadena Al-Jazeera, hay un programa llamado ‘Sharia y Vida’, donde el sheikh musulmán, Salman Al wada recomienda emplear medidas extremas para conseguir «exagerados castigos y recompensas… Y alcanzar obediencia moral y material.» Según él, los actos de terrorismo quedan justificados bajo la doctrina ‘sharia’.
Darwish también lamenta que los musulmanes moderados son, a menudo, ciudadanos que han aprendido a aceptar el terror como parte normal de la vida y muchos se excusan para mantenerse en silencio ante ellos.
«La cultura islámica en la que viví, miraba para otro lado cuando las mujeres eran golpeadas. Al ver a las niñas ser maltratadas decían, ‘algo habrá hecho’, en lugar de ‘¿cómo podemos permitir esto?’ Cuando los cristianos eran perseguidos y asesinados, muchos los señalaban como causantes de su propia persecución a manos de musulmanes. La respuesta normal del Islamismo al terrorismo se convirtió en: «no es asunto mío», explicó la mujer.
Las aseveraciones de Darwish parecen coincidir con una encuesta realizada en Abril de 2006, donde se entrevistó a 1,000 británicos musulmanes en un documento llamado: ‘Lo que los Británicos islámicos realmente piensan’.
Sólo el 34% dijo que reportarían a las autoridades a alguien de quien sospecharán estar involucrado o apoyar el terrorismo sirio.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, un musulmán, dijo el pasado septiembre que los actos de terror son «parte de vivir en una ciudad cosmopolita», sentimiento que se replicó en los medios y la ciudadanía después de los reiterados ataques.
Cuando los políticos de Occidente y los medios masivos de comunicación sugieren que las personas deberían acostumbrarse al terrorismo, como si fuese un desastre natural parecido a los terremotos, se evidencia que la doctrina radical islámica ha tomado sus mentes, denunció Darwish.
«El Islam busca convertir a todos en musulmanes ‘moderados’ así, eventualmente todos mirarán para otro lado cuando la persona de al lado esté sufriendo la violencia y los abusos.»
Faraaj agregó: «Tenemos dos opciones, someternos al monstruo de la yihad islámica o, la respuesta más sana, resistirlo en amor. Sólo el tiempo dirá si hemos sido lo suficientemente valientes para ser lo que queríamos ser y pelear por lo que ya parecía perdido.»