El contacto de miles de musulmanes con el cristianismo provoca que estos terminen encantándose por la fe en Cristo. Seis millones al año, según desvela la agencia de noticias protestantes ACPress, son los que abandonan la religión mahometana atraídos por el mensaje de Cristo.
Se trata de conversiones que, en numerosas ocasiones, les acarrean persecuciones, odio, aislamiento y hasta amenazas de muerte por parte de sus ex correligionarios y familiares. Pues convertirse a la fe cristiana puede salir caro si se vive en Europa o América, pero mucho más si se reside en un país musulmán, donde se penan con la prisión o muerte, a los que predican una religión distinta del islam o a los que difunden biblias y literatura cristiana.
Una mujer de 32 años, cuyo padre es islam musulmán en Lancashire, se mudó 45 veces para no ser localizada por su familia desde que se hizo cristiana hace 15 años. Hannah, que utiliza un seudónimo para ocultar su identidad, dijo a ´The Times´ que se convirtió al cristianismo después de huir de su casa a los 16 años para evitar un matrimonio concertado por sus padres.
Las amenazas contra ella se hicieron particularmente insistentes por lo que la policía le ofreció protección. Según la ley islamita los que abandonan el Islam es cometer un crimen contra Dios. Sin embargo, solo los valientes deciden hacerlo, porque “Aunque mi padre y madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá”. Salmos 27.10