Holanda es un pequeño país cerca de Alemania donde la población es de 16 millones de habitantes. Una gran cantidad de inmigrantes llegan a este país. Entre ellos hay cada vez más personas que hablan en Castellano. En los años setenta, miles llegaron desde España, desde los ochenta y noventa.

Hace 10 años para muchas mujeres «trabajar» en Europa significaba convertirse en prostitutas. Gracias a Dios muchas de ellas ya han dejado la prostitución y ahora han encontrado un lugar en una buena iglesia.

Esto comenzó con un grupo de cristianas holandesas que decidieron visitarlas y compartirles el Evangelio. Su ministerio se llama Cordón de Grana, refiriéndose a la historia de Rahab en el libro de Josué.

Este ministerio abrió en Amsterdan un refugio donde estas mujeres pueden encontrar ayuda, alguien que la escuche y hasta un lugar para quedarse. Dado que muchas rameras llegan desde América Central y Sur las que les ministran tienen que hablar español.

Así también en el pueblo de Deventer una colombiana llamada Lourdes, junto con otras damas holandesas se encargan de visitar a las prostitutas. A principio de año el Señor llevó desde Cúcuta, Colombia a Alonzo Zuñega para compartir el Evangelio. Hoy en día él predica en español, con traducción al holandés.

Dios primero llamó al pastor Alonzo a compartir Su amor con los prisioneros. Hace cuatro años empezó a ministrar en las cárceles donde algunos confinados provienen de países de habla castellana. La mayoría por crímenes relacionados con las drogas. El poder liberador de Dios está trabajando en los corazones de muchos hombres y mujeres, ya sea prostitutas, criminales u otros. Para ello el Señor está usando tanto a holandeses como a extranjeros.

Este tipo de iniciativa también se está dando en otras partes del país. Las iglesias más grandes se encuentran en el oeste de Holanda. La iglesia El Encuentro con Dios está en Amsterdan donde el pastor es Alejandro López. A esta iglesia, que se fundó en 1993, asisten alrededor de 600 visitantes todos los domingos. El pastor Alejandro y su esposa Mayra llegaron desde la República Dominicana. Alrededor de 30 nacionalidades se congregan incluso un grupo de portugueses comenzó a reunirse en la ciudad holandesa Den Haag.

«Mi esposa fue la que empezó la iglesia. Ella hacía trabajo social entre las prostitutas de habla castellana en el distrito de la Zona Roja. Después de compartir la Palabra de Dios con ellas, muchas querían asistir a una iglesia. Pero el idioma holandés es muy difícil y es tan maravilloso escuchar la Palabra de Dios en el lenguaje de uno. Por eso es que hacemos cultos en castellano con traducciones al holandés», comentó el pastor López.

Alejandro y su familia han vivido en Holanda por 17 años. Él tiene buenos contactos con otras iglesias en ese país, muchos holandeses están agradecidos por la buena labor que la iglesia está realizando en Amsterdan. De hecho cuando se le pregunta si extraña su tierra contestó: «¡No!, Nosotros amamos Holanda. De hecho eso es una de las cosas que enseñamos, cada domingo le pregunto a la congregación: ‘¿Ustedes aman a Holanda? ¿Oraría por este país?’ Debería ver sus reacciones; sus lágrimas y oraciones son reales. Le pedimos a Dios que bendiga a este país y que nos use. Nuestros corazones no están en Colombia, Guatemala, República Dominicana o México, sino que están aquí».

El pastor Alejandro opina que Dios está obrando en Holanda. «Nunca antes habíamos experimentado algo como esto. Más personas han aceptado a Cristo y más iglesias están activas, especialmente los jóvenes cristianos. Todos los años hacemos una conferencia, este año nos sorprendió la cantidad de jóvenes que vinieron a orar, ayunar y a ser radicales por el Señor.»

Claro que la batalla no ha terminado. En algunas ciudades las iglesias tienen grandes problemas para alcanzar a los perdidos. Pero, los esfuerzos evangelísticos continúan.