Palau, cuya aparición siguió a un clima de celebración liderado por un equipo de cantantes y músicos en el Centro Jacob Javis, comentó acerca de como el estilo de adoración había ido cambiando al pasar los años, y aclaró que el era uno de los que abrazaba esta transformación y defendía la evolución del estilo.
«Hace 16 años, en lugar de hacer cruzadas, nosotros le llamábamos festivales y comenzábamos a usar un poco de la música ruidosa, saben. Estaba acostumbrado a que los coros como el Saint Paul cantara Sublime Gracia. Y de repente, llegaron los muchachos con sus baterías, luces y humo,» dijo Palau entre risas.
«Y alguien me dijo, ‘¿Cómo se atreve a permitirlo? ¿qué pensaría Juan Calvino?’, y yo dije, ‘¿a quién le interesa?, él ha estado muerto por 500 años'», remató el evangelista de 81 años.
Luego comenzó a hablar de Kirk Franklin.
«Debo admitir, soy de una generación de antaño. Tenemos un cantante que a veces participa en nuestras cruzadas llamado Kirk Franklin. ¿Han oído de él?» preguntó a los presentes.
«Él es bueno. Es un hombre pequeñito, lleno de vida. Tiene 50 y siempre se le olvida. Salta sobre el público, y tiene una canción que consta de tres líneas. ‘Te amo, te amo, te amo’. Y por 5 minutos sigue así: ‘te amo’. También tiene un grupo detrás, yo no sé para que los necesita, pero como 15 personas le hacen el respaldo atrás. Y cuando todos dicen: ‘está bien, entendemos, lo amas’, el cambia a ‘te necesito, te necesito, te necesito’, y así por 5 minutos más,» continúa entre más risas.
«Y finalmente, después de 10 o 12 minutos, él continúa con ‘te quiero, te quiero, te quiero’. Y todos dicen: ‘Señor, llevatelo, el quiere estar contigo’, pero el Señor continúa dejándolo con nosotros, así que se ve que al Señor le agrada. Entonces, nosotros los de los viejos tiempos, sólo nos resta soportar,» remató Palau muy divertido.
«Las cosas han cambiado drásticamente. ¿Han visto a los predicadores modernos? Vienen con pantalones que sacaron del Ejército de Salvación, lleno de agujeros. «Con unas barbas!… y decimos ¿Señor, habrá sido Pablo así? Y la respuesta es, por supuesto que sí. Pablo estaba encarcelado la mayor parte del tiempo,» agregó.
Rápidamente volviéndose a las Escrituras, Palau compartió un mensaje a los presentes basado en Juan 14, y se enfocó en los versos 12 al 18, alentando a los oyentes a soñar sueños grandes, orar oraciones grandes, obedecer los mandamientos de Dios y amarse unos a otros mientras se busca la transformación de las ciudades con el Evangelio.
Palau, cuya familia se convirtió a través del testimonio de misioneros en su país Argentina, dijo que muchos encontraron la fe porque misioneros se atrevieron a soñar en grande.
«Cuando mi mamá y mi papá se convirtieron, los misioneros tenían lo que en ese tiempo se llamaba, una gran visión. Querían plantar una iglesia local en villas fuera de la capital Buenos Aires, cada verano,» dijo.
Cada verano, dijo Palau, su familia trabajaba con los misioneros estableciendo iglesias, levantando encargados, bautizando y enseñando acerca de la Santa Comunión.
Por nueve años, el padre de Palau, que se había convertido a los 24, fue a diferentes ciudades y estableció iglesias junto a un misionero hasta su muerte a la edad de 34 años, justo antes de iniciar la décima iglesia.
«Esa era una visión muy grande en Argentina para esa época, había mucha persecución. Mis hermanas, unas pequeñas niñas y yo, apenas un muchachito, veíamos a mi papá y al misionero, e íbamos con ellos. Leíamos los pasajes mientras ellos cantaban, después mi papá contaba su testimonio, y el señor Rogers (el misionero) proclamaba el Evangelio, llamaba a las personas a la salvación, e iglesias se plantaban y aún continúan, todo esto comenzó hace 70 años,» dijo Palau. «Esta fue una gran visión, y nosotros fuimos llamados a grandes visiones.»
El evangelista también animó a los asistentes a orar oraciones audaces cuando volvieran a sus respectivas ciudades.
«No debes ser simplemente un disconforme social. Si quieres tocar una gran ciudad como Bombay o alcanzar una gran ciudad como Londres o México, humanamente es imposible. Pero Jesús dijo, ‘pidanme cualquier cosa que le dé la gloria a mi Padre y lo haré.’ Así que podemos hacer oraciones audaces con coraje y entusiasmo.»