La situación empeora drásticamente pues las personas que están en riesgo ahora son dos millones más que el mes pasado.
«A muchos creyentes les falta fuerzas para caminar a la iglesia más cercana, sin embargo hay quienes no se rinden», manifestó Gabriel Haile Meleku, subsecretario general de la Conferencia Episcopal de Etiopía.
Debido a los problemas los etíopes migran internamente a zonas menos afectadas por problemas climáticos, huyendo de la sequía y la hambruna. Esto ha causado varios problemas, incluyendo que los niños dejen la escuela.
La Fundación de Ayuda a la Iglesia Necesitada donó más de 1,2 millones de euros para el trabajo en Etiopía. Este año la contribución tiene el fin de ayudar a más de 10 millones de etíopes ciudadanos en riesgo de muerte.
Los fieles en Etiopía están ansiosos por escuchar la Palabra de Dios y no se dan por rendidos a pesar de los conflictos que se le presenten en el camino.