Un personal de CBI encontró una mujer cuyo marido está condenado a siete años de prisión federal por un delito de cuello blanco. Blystra dijo que era alentador ver cómo CBI ha impactado la vida de la pareja, pero la conferencia ayudó a darse cuenta cuán grande es la necesidad espiritual en la cárcel.

«Hay tantos hombres y mujeres tras las rejas que aún están esperando que escuchen sus peticiones en la parte exterior mundo.» Muchas de las personas que están sirviendo actualmente son gente mayor, y son necesarias pero, sabemos que para que este ministerio esté sostenido por los próximos 30 años, tenemos que incluir estudiantes universitarios de entre 20s, 30s, 40s.

Hombres y mujeres actualmente están siendo atendidos por un ejército de 6.000 voluntarios. Blystra alienta a los voluntarios con experiencia para compartir historias de cómo han visto la obra de Dios con sus familiares, hijos y nietos, pues podría inspirar a una nueva generación de voluntarios.