Una iglesia en Virginia Beach está creciendo y apoyando a la comunidad, por medio de la cosecha de frutas y vegetales.
La jardinería es mucho más que un pasatiempo en la Iglesia Unida Metodista Nimmo. Los huertos grandes y florecientes, dentro de la propiedad de la iglesia, son producto de arduo trabajo y oración. La coordinadora del jardín, Melody Jeffrey, ha orado por peticiones muy específicas.
Que nos ayude a encontrar voluntarios; a tener lo que necesitamos; que me ayude con conocimiento y discernimiento porque no sabía nada de jardinería y tenía algo de temor, dice Jeffrey.
Melody dice que Dios ha sido fiel. La recompensa en este lugar, que es conocido como Jardín Victoria, incluye vegetales, frutas y hierbas.
Proveemos alimento, todo va a las alacenas y vemos que solo se requiere lo básico. Realmente proveemos lo básico para que las personas puedan comer sin cocinar o preparar algo sencillo, comenta Jeffrey.
Melody y los voluntarios del jardín trabajan de forma orgánica, o sea que no usan pesticidas o herbicidas que no sean naturales.
Realmente lo disfruté. Me encanta estar afuera y colaborar, es una mezcla bonita para mí, indica Nancy Boggus, voluntaria del jardín.
Además de proveer comida para organizaciones caritativas, colaboran con cenas comunitarias cada mes. Lisa Renz es la co-presidenta de misiones y alcance de la iglesia.
Todas las comidas son muy saludables, saben delicioso y tenemos personas, no solo de la iglesia sino de la comunidad, que vienen a comer y podemos compartir una cena con muchas personas que tal vez nunca conoceríamos, indica Renz.
Es probable que dos tercios de la comunidad y un tercio de la iglesia, porque no lo facturamos como una cena de la iglesia y se cobra solo para cubrir los gastos. Al hacerlo así, las personas invitan a sus amigos, comenta Jeffrey.
El jardín victoria no solo es un proyecto de alcance aquí. La iglesia también tiene esto, llamado el jardín comunitario, donde las familias tienen parcelas para cultivar sus propios alimentos.
Comemos frijoles todo el día (risas), los frijoles solo crecen y crecen y ahora, los tomates están empezando a salir y tenemos un montón, detalla Crystal Esteves, quien se beneficia del jardín.
El voluntario, Fred Oesterreich, plantó una cruz cerca de los jardines.
Y es por eso que tenemos una cruz allí como muestra de dónde empezó todo. Es cómo hacemos las cosas y viene todo de la cruz, comenta Oesterreich.
Mi fe en Jesús realmente motiva lo que estoy haciendo aquí, dice Jeffrey.
Crecer y recoger la misión es sencilla y las recompensas son para los que dan y reciben.