NASHVILLE – La cantautora Sandra McCracken está resaltando la importancia de la sana doctrina en la música de alabanza e instando a la iglesia a enfocarse menos en el emocionalismo y más en la comunidad de la sociedad hoy en día que es individualista y analfabeta de las escrituras.
«Uno de los retos culturalmente en general es la conexión entre el entretenimiento y la música de la iglesia», le dijo McCracken a The Christian Post durante una entrevista que les dio en Tennessee el mes pasado. «Cuando vienes a la iglesia, hay un sentimiento de que estás allí para ser entretenido. La música es tan profesional: Un escenario grande y alto, separado de todos los demás y muy desconectado. Yo creo que eso puede ser dañino a la experiencia de formación de la iglesia».
«La experiencia humana de vivir una vida juntos y sentarse del otro lado de la mesa y tener conversaciones – ese es el lugar donde nosotros realmente aterrizamos y nos conectamos más profundamente», continuó ella. «Creo que las personas son bastante solitarias y bastante aisladas y la música es una forma de unirnos. Estar en una habitación con personas que cantan unidas la misma canción es una experiencia poderosa. En cierto modo es contracultural; aparte de un concierto de rock, ¿Dónde más hacemos eso?»
La sanidad y madurez en la iglesia, dijo McCracken, debería ser «bajarle dos rayitas al emocionalismo y elevar la cotidianidad de vivir una vida juntos» cuando se refiere a la música.
«Ese sentido de comunidad puede venir a través de cantar en una sala, en la clase de escuela dominical, o un miércoles por la noche o como sea que se vea eso», dijo ella. «Creo que gran parte de ello es permitir que la música sea integrada y personal en la vida de la comunidad».
La Escritura, dijo ella, revela la importancia del canto congregacional. Ella indicó que a través de los Salmos, el singular «yo» y el plural «nosotros» son «casi intercambiables» y frecuentemente usados tan solo con unas estrofas de separación.
«Los Salmos constantemente van de lo personal a lo comunal», dijo ella. «Yo pienso que eso es recomendable e incluso una cosa buena para explorar. Pienso que tal vez el trabajo de los líderes creativos de alabanza es poder curar esos himnos antiguos en una forma que sirva para aplicarlos a la comunidad específica y dibujar de lo que ya está escrito y sacar de ello».
McCracken es una de las escritoras de himnos modernos más prolíficas de hoy en día: Ella está detrás de un montón de canciones reconocidas, incluyendo:, «We Will Feast In The House Of Zion», «God’s Highway» y «Thy Mercy My God». La música con base en Nashville también ha tenido canciones grabadas por All Sons And Daughters, Grey’s Anatomy de ABC, Audrey Assad, A Rocha Compilation, Bifrost Arts y Caedmon’s Call.
«Quiero escribir canciones que la gente cante junta, y en una forma más natural», dijo McCracken.
«He estado en comunidades donde cantan espontáneamente; alrededor de la mesa, o al final del día. Esos pequeños momentos son tan sagrados. Me encantaría que nuestras grandes reuniones de iglesia se vieran más como eso, donde está enraizada en la vida y hacer una vida juntos en vez de enfocarnos en un gran espectáculo que es realmente una versión limpiada, hábil o televisada».
La madre de tres estuvo entre un número de líderes de alabanza, compositores y pastores destacados en «¡Sing!», una conferencia de tres días de alabanza dirigida por los compositores modernos cristianos Keith y Kristyn Getty. El evento, que este año tuvo lugar en Nashville, es parte de la iniciativa de cinco años de Getty y el viaje de aprendizaje para ayudar a pastores, músicos y líderes a construir un entendimiento Bíblico y visiones creativas para el canto congregacional en sus iglesias.
McCracken, quien hoy en día está dirigiendo la alabanza en una iglesia con base en Nashville, también discutió la importancia de la sana doctrina en la música. Puede ser «peligroso», dijo ella, cuando las canciones son egocéntricas en vez de realmente alabar a Dios o reconocer sus características.
«Puede haber en las canciones mucho énfasis en cómo nos sentimos, y nosotros ni siquiera lo notamos y es porque las cantamos semana tras semana», dijo ella. «No te das cuenta que estás siendo formado más al enfatizar lo que sientes en vez de quién es Dios. Y creo que eso puede ser peligroso».
Para asegurar que sus letras son estructuralmente sanas, McCraken dijo que ella busca los consejos e ideas de cristianos más viejos y sazonados – pero añade su propia formación espiritual, aunque es un proceso continuo, comenzó en los años anteriores a su carrera musical profesional.
«Tuve entrenamiento teológico, como aprender la Escritura, cuando era una niña», dijo ella. «Muchas de las personas no tienen esa influencia; la gente no es tan bíblicamente alfabetizada como la generación anterior. Cuando estás empapado de la Palabra y has tenido una dieta continua de Escritura, el Espíritu Santo provoca esas cosas y trae esas cosas y las llama a tu mente. Así que para mí, la formación cristiana vino antes de la composición».
«Algunas personas quienes están escribiendo música hoy probablemente son más alfabetizados en la música pop y menos alfabetizados en la escritura», dijo McCracken. «Aunque eso no es necesariamente malo, pero si tiene sus limitaciones».
La cantautora, quien se enfocó en el lamento en su álbum anterior, «Songs from the Valley» (Canciones del Valle), dijo que espera que en el futuro las canciones de alabanza resalten los atributos de Dios que comúnmente no están presentes en la música, como la hospitalidad y la justicia.
«Cuando nos reunimos a alabar, eso es lo que Dios nos invita a hacer. Él ya está esperando y nos invita. Me gustaría meditar más en eso, así como en el sentido de Su presencia», dijo ella. «Creo que yo noto Su presencia más cuando me puedo sentar en silencio. En esa práctica, yo creo que realmente he aprendido mucho sobre quién es Él. Es diferente de sólo aprender cosas; es pasar tiempo con Dios. Esa es la cosa más importante que puedo hacer».
McCraken le dijo a Christian Post que ella cree que Dios la ha llamado a escribir música de alabanza – y ora para que sus canciones inspiradas en la Escritura invoquen un sentido de Su presencia, en cualquier escenario que sean cantadas.
«A veces estamos conectados de cierta forma, y creo que yo fui hecha para hacer esto», dijo ella. «Algunas veces toda la vida se siente caótica, pero si me siento en el piano, es como que, todo esto tiene sentido por unos minutos. Se siente como una combinación de oración y poniendo algo hermoso en la habitación y recibiendo algo del Espíritu Santo. Ese tipo de intercambio es algo que disfruto. Es realmente una sensación sorprendente».