Para comenzar, quiero hablarte de alguien especial, su nombre es Jesús. Pero ¿Qué sabemos de él? ¿Tuviste alguna experiencia personal en la que hayas sentido que él es real?
Tal vez pueden surgir dudas y ciertos interrogantes; pero Jesús no fue un personaje ilusorio y sus hechos fueron reales. Entonces ¿Qué podemos hacer para tener un encuentro con él?
Jesús es encontrado en la belleza de la creación, en la amistad que puedas ofrecerle a un enfermo, en la mano solidaria que extiendas al necesitado; en la mirada dulce de quien ama, en los brazos extendidos de quien dio la vida por ti.
Por lo tanto, la manifestación más magnífica del amor de Dios, se dio en el momento en el que envió a su Hijo Unigénito, Jesús a la tierra; él vino a buscarnos para darnos salvación. En las escrituras, encontramos este pasaje bíblico que nos dice: «Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10).
Muchos quisieron negar su veracidad, su poder, su verdadero significado; pero es imposible negar su existencia y es que sabemos que jamás nadie pudo, ni podrá igualar el sacrificio de la Cruz que nos otorgó la libertad, el perdón de nuestros pecados, y nos ha dado el regalo de una nueva vida.
Entonces, ya situándonos en este punto, es que podemos considerar que encontrarnos con Jesús es la experiencia más maravillosa que podamos experimentar. ¿Y para qué hago tanto hincapié en la importancia de un encuentro con Jesús? Y la respuesta es más simple de la que imaginás, y es para poder conocer más de su esencia, para intentar reproducir Su vida y sus enseñanzas en nuestras experiencias propias. Jesús nos enseñó el camino hacia el Padre y nos dio una esperanza de vida.
En las escrituras lo dice con claridad, en San Juan 15,16: “No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto perdurable. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre”
¿Crees que hoy la humanidad está buscando a Jesús en el lugar correcto? ¿Dónde lo estás buscando vos?
Jesús dijo: “Todos los que el Padre me da vendrán a mi; y al que a mí viene, no lo rechazo” San Juan 6:37
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