Trece cristianos eritreos continúan en prisión después que las autoridades llevaran adelante redadas en dos reuniones de oración el mes pasado, dónde 35 personas fueron llevadas en custodia.
22 de 23 cristianos cristianos arrestados en la capital de Asmara, en su mayoría mujeres, ya fueron liberadas de la prisión de Mai Sarawa el pasado domingo; mientras que 12 cristianos arrestados en Assab, a 660 millas del sudeste de Asmara, continúan en prisión donde se sabe que las condiciones son duras, según los reportes de la organización Internacional Christian Concern.
El ICC, que realizó su reporte basado en información de Liberación Internacional y Fundación Bernabé, dijo que los arrestos fueron llevados adelante por miembros de la Armada Eritrea a finales del mes pasado.
Todavía no está claro porqué solo uno de los 23 arrestados en Asmara no ha sido liberado, dijo el grupo, agregando que están trabajando para saber si los que están libres gozan de buena salud.
Desde el pasado septiembre, al menos 160 cristianos han sido liberados de prisiones en el país, pero los últimos arrestos «acabó con las esperanzas de que el gobierno estaba suavizando las políticas represivas en contra de cristianos», dijo la fundación Bernabé.
«En Eritrea, los ciudadanos tienen la obligación de reportar cualquier cosa que suceda en sus comunidades», agregó Liberación Internacional. «Esto convierte a vecinos ordinarios en espías. En algunos casos, son los propios miembros de la familia los que denuncian a los creyentes.»
En febrero, 70 cristianos de trasfondo Evangélico y Ortodoxo, incluyendo mujeres, fueron liberados de tres prisiones en Eritrea, algunos después de hacer estado bajo ningún cargo por más de una década.
Cuando son arrestados, los cristianos perseguidos de Eritrea a menudo desaparecen sin rastros, dejando a sus seres queridos sin información alguna acerca de su seguridad. Las condiciones de las prisiones son de las más duras del mundo, dónde los presos están hacinados en contenedores y los creyentes son torturados como intento de que renuncien a su fe.