“Pero envió delante de ellos a un hombre: a José, vendido como esclavo ….” (Salmo 105:17)
La historia de José es similar a muchas otras historias de personajes y personas que alcanzaron grandes objetivos, ocuparon lugares de excelencia y tuvieron el poder de ayudar a muchos. Pero para llegar a esos lugares tuvieron que pasar por un proceso de muchos años de preparación, de luchas, de éxitos y fracasos, de alegrías y tristezas, vergüenzas, ese fue su entrenamiento.
La vida de José es muy conocida. Escogido de su padre Jacob, no pudo evitar que sus hermanos llenos de celos lo aborrecieran, lo odiaran y despreciaran al extremo de querer matarlo. Lo venden como esclavo, tiene que vivir en cárceles donde le sujetan los pies con grilletes, entre hierros le aprisionaron el cuello, aún fue acusado y encarcelado injustamente. Problemas y más problemas vivía José sin poder cambiar su destino pero de repente … se encuentra con la responsabilidad más alta de todo Egipto: manejar los negocios del Faraón y con plenos poderes para instruir a sus príncipes e impartir sabiduría a sus ancianos. De ser despreciado, abandonado, ignorado y menospreciado por su propia familia, cuando termina esa etapa de entrenamiento, comienza otra distinta: pasar a gobernar el imperio más grande de aquellas épocas.
Treinta años estuvo entrenando paciencia, obediencia, dominio propio, soportando realidades negativas, pero confiando en las promesas de Dios, aquellos sueños que desde joven le hablaban de un excelente futuro de liderazgo aparentemente inalcanzable. José no fue el único en ser entrenado de esta forma, Moisés estuvo ochenta años, David vivió el entrenamiento desde pequeño, hasta el propio Jesús tuvo que ser entrenado durante treinta años en el desierto de las dificultades. Hay muchos casos en la Sabiduría Milenaria, donde los aparentes fracasos formaron el carácter del que era probado por el fuego de las dificultades.
“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;” Hb.5:8
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” Ro.8:28
“Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Sgo.1:2-4
“Y (a José) le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. Hch.7:10
“Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla.” 1ª Cor.10:13
Acaban de terminar los Juegos Olímpicos Río 2016. Aquellos que ganaron medallas, no crees que tuvieron que entrenar duramente mucho tiempo hasta por encima de sus límites? Nada es gratis, hay que prepararse adecuadamente para competir y ganar. Si te sientes identificado, recuerda que estás siendo entrenado, porque los procesos son etapas para llevarnos más arriba y son planeados directamente por Dios para nuestro beneficio. Créelo y levántate, sigue entrenando!
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