Sabemos que los niños no generan dinero, pero si hay momentos donde recibirán regalos y muchos de estos obsequios serán billetes.
Podríamos aprovechar esta oportunidad para enseñarles principios bíblicos de una buena administración a nuestros amados hijos.
Encontramos en la Biblia algunos principios que pueden ser aplicados a nuestras vidas y en las de los niños que servirán para guiarnos en este mundo tan egoísta y consumista.
VEAMOS ALGUNOS PRINCIPIOS
- Todo lo que tenemos pertenece a Dios.
Todo lo que tenemos le pertenece a Dios y nosotros somos administradores para cuidar y administrar sabiamente.
“La tierra es del Señor y todo lo que hay en ella; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen.” Salmos 24:1 NTV
- Es mejor dar que recibir
Definitivamente hay mayor provecho en dar que recibir, porque a través de nuestras donaciones podemos cambiar vidas, ayudar a que muchas personas tengan una mejor calidad de vida y en general contribuir a que tengamos una sociedad más justa y solidaria
“Y les fui un ejemplo constante de cómo se debe ayudar a los pobres y recordar las palabras del Señor Jesús que dicen: “Hay más dicha en dar que en recibir”
- Dios nos da capacidad para generar ese dinero.
Por su Amos y bondad, Dios hace que por medio del esfuerzo y otras veces por su misericordia nos llegue dinero.
“…Acuérdate de Jehová tu Dios. Él es, el que te da poder para hacer riquezas…” (Deuteronomio 8:18)
- Ser agradecidos
- 1 Tesalonicenses 5:18 R-V 1960
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
- Muchas cosas son más preciosas que el dinero.
“Más vale el buen nombre que las muchas riquezas; y el ser apreciado, más que la plata y el oro”. (Proverbios 22:1)
- El querer más de lo que tenemos traerá angustia a nuestras vidas
«No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que sea de tu prójimo». (Éxodo 20: 17).
- Ser honestos con nuestros bienes
Proverbios 10:4-6 N.V.I
“Las manos ociosas conducen a la pobreza;
las manos hábiles atraen riquezas.
El hijo prevenido se abastece en el verano,
pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha.
El justo se ve coronado de bendiciones,
pero la boca del malvado encubre violencia.”
Bendiciones.