La revista Premier Youthwork Magazine publicó un estudio sobre una encuesta realizada a 293 jóvenes ingleses. El muestreo se basó en preguntas relacionadas a los adolescentes sobre cuál es su mirada sobre la experiencia de fe; el grupo de jóvenes y la iglesia.

Según la encuesta, el 50% de los jóvenes que se identifican como cristianos leen La Biblia una vez al mes. También el muestreo puso sobre relieve que 1 de cada 3 leen las Sagradas Escrituras un par de veces a la semana o más. La investigación también reveló que los adolescentes oran bastante más de lo que leen La Biblia.

LA IGLESIA, UN LUGAR PARA EXPERIMENTAR A DIOS

Youthwork Magazine también le preguntó a los adolescentes sobre otros temas como: la asistencia a la iglesia, a los grupos de jóvenes, el matrimonio, el sexo, y su propia definición de “una buena iglesia”, entre otros ítems.
Los resultados obtenidos fueron:

  1. Los jóvenes asisten con más frecuencia a la iglesia que a los grupos de jóvenes.
  2. Ven al grupo de jóvenes como un encuentro divertido, mientras que consideran que la iglesia es el lugar para experimentar a Dios.
  3. La asistencia de su padre a los servicios religiosos les impacta más que la de su madre.
  4. Para los encuestados, la evangelización no es importante para definir a una iglesia.
  5. El 83% de los jóvenes cristianos piensan que el sexo es sólo para el matrimonio.
  6. Sólo el 36% de ellos piensa que la homosexualidad es un pecado.
  7. Consideran que “ser amables con la gente” es más importante que “hablarles a sus amigos acerca de Jesús”.

Por su parte, la publicación británica entrevistó al orientador juvenil Marcos Walley, quien sugirió que sería útil para todos aquéllos que trabajan con jóvenes, repensar cómo los están animando para que ellos se interesen por leer La Biblia; y explicó: “Existe un vínculo entre la disciplina de la lectura de la Biblia y la comunión con Dios. Una de las formas diarias de conectarse con Dios es a través de la lectura de La Biblia”.

Asimismo, Walley advirtió que se debe “evitar el sentimiento de culpa. Es más fácil decirle a los jóvenes: ¿Por qué no están leyendo La Biblia? Deben hacerlo más a menudo; es como cepillarse los dientes. Deben hacerlo más allá de que si les gusta o no”.

Un punto de inflexión para Marcos Walley es que todos aquéllos orientadores de jóvenes en vez de centrar su mensaje en la culpa, deberían hacerlo en el estímulo porque esa es la clave. Y para ello, este orientador juvenil remarca: “El mensaje cristiano es que cada día y cada vez que lo necesitemos, podemos tomar nuestra Biblia y escuchar cómo Dios nos habla”.