El hermanastro del ícono musical Elvis Presley ha quitado un velo del lado de “El Rey del Rock & Roll” que la gente no podía ver a simple vista, mientras el artista legendario vivía.
El autor de éxitos en ventas Billy Stanley, lanzó una nueva memoria esta semana titulada La Fe de Elvis: Una Historia Que Solo Un Hermano Puede Contar.
“Elvis era cristiano. Ellos veían el glamour y el brillo, y cosas como esas. Pero durante sus conciertos, el siempre hacia dos canciones gospel durante el show”, compartió Stanley en un video. “Eso era para mostrar su fe a los fanáticos. Él usaba la plataforma para hacer saber a la gente que era cristiano”.
Stanley dijo que su hermanastro fue un “Cristiano cargando su Biblia”.
“Él llevaba la Biblia con él a dónde fuera”, recordó Stanley.
La madre de Stanley y el padre de Elvis, Vernon, se conocieron cuando Presley -que ya era bien conocido por su talento musical – estaba sirviendo en la milicia y había sido enviado a las costas germanas.
Después que una cosa llevara a la otra, Stanley dijo que despertó un día, y el y sus dos hermanos Rick y David, estaban en una limusina a Graceland para conocer a su nuevo hermanastro.
“Elvis tenía muchos roles en su vida, pero el que más disfrutaba era el de ser el hermano mayor”, recordó Stanley. “El era hijo único, y siempre quiso tener hermanos, y nosotros le dimos la posibilidad de volver a ser niño otra vez”.
Elvis tenía 25, Stanley tenía 7, Rick tenía 6 y David 4.
“El nos recibió en su familia, y nos dejó dormir en su cama esa noche. Pero antes de dormirnos, dijo una oración”, recordó Stanley. “Ahora tienen una imagen del Rey del Rock & Roll, poniéndose sobre sus rodillas. Nunca olvidaré esa oración”.
“Él dijo: ‘Querido Padre Celestial, te agradecemos este día por tantas bendiciones. Gracias por traer a estos tres pequeños a mí vida. Te prometo amarlos y protegerlos el resto de mí vida”.
Stanley dijo que Presley vivió esa oración.
La mañana siguiente a la que se conocieron, él llamó a los niños al jardín y les regaló juguetes para que jugaran. Pasaron el resto del día divirtiéndose.
Esos momentos marcaron el escenario para la futura relación entre Stanley y Presley. Stanley dijo que su hermanastro le mostró la de una manera práctica.
“Esa fue probablemente la primera oración que oí en mí vida. Él comenzó a enseñarnos de la Biblia a una temprana edad. Él tenía escrito comentarios y versos marcados. Leía los pasajes varias veces, y tenía varios versos favoritos”, remarcó el autor.
“Una de las cosas que siempre me sorprendió es cuando le leía la Biblia a mis hermanos, en ocasiones hasta actuaba el pasaje para interpretarlo. Es imposible olvidar esas lecciones de escuela dominical”.
Stanley se sintió comprometido a escribir el libro acerca de la fe de Presley, porque este aspecto de su hermanastro no era algo que se viera públicamente y sin embargo, es una parte importante de lo que él fue. El libro resalta la generosidad y motivación de Presley, que venía del verso de 2 Corintios 9: “El Señor ama al dador alegre”.
“Él fue el dador más generoso que jamás conocí. Así como él había recibido, así otorgaba, ‘Billy, estamos para ayudar a otros; estamos para eso en la tierra’, decía siempre”.
Stanley compartió un episodio donde vio a su hermanastro darle una billetera llena de dinero a un indigente. El hombre comenzó a llorar y decir: “Dios te bendiga”, a lo que Elvis replicó: “Señor, Dios ya lo ha hecho”.
“Elvis no quería ser como nadie conocido; él quería ser como Jesús”, dijo Stanley.
“Es por eso que la gente oía de su generosidad y amor para sus prójimos. Cuando hablo de que ‘se daba a sí mismo’ me refiero a mucho más que solo lo material”, continuó.
“Eso es lo salía a la superficie, y eso veía la gente cuando miraban a Elvis, su amor por la humanidad”, agregó Stanley. “Eso es lo que se veía. Le llamaban el Rey del Rock, pero el solo ganó tres grammys por música gospel, por eso le digo a la gente que escuche cualquiera de sus canciones y luego su música gospel. Hay una gran diferencia porque en las últimas escuchas su alma y corazón. Eso era para él”.
El cielo era la recompensa para Presley, según cree Stanley. Presley murió a los 42 años en 1977.
Stanley testificó que tuvo una visión en 2018 cuando se encontró a Dios en una experiencia cercana a la muerte.
“Fue el 19 de mayo de 2018. No sabía lo que estaba pasando. Estaba sentado viendo la televisión con mí hermano menor, David. Y sentí como si… me tomara una siesta. No recuerdo las convulsiones ni nada de lo que ocurrió. Lo siguiente que sé, es que estoy parado, y veo nubes. Miro alrededor. Nunca vi tanta gente en mí vida; de diferentes aspectos y nacionalidades. Seguí viendo, y divisé una ciudad a la derecha, y algo me decía que era hacía donde iba”.
Al comenzar a caminar, Stanley describió una sensación asombrosa de amor como nunca sintió antes. Dijo que también vio una luz tan brillante pero no sabía de dónde provenía.
“No había sentido del tiempo, ansiedad, o nada de lo que sentimos en la tierra. Así que comencé a caminar, y vi una figura frente a mí, no sabía quién era hasta que volteé. Era Elvis, y sonreía”, continuó.
“Lo mejor de haber estado en el Cielo es que no tienes que hablar con tu boca. Puedes por los pensamientos. Él dijo, ‘Qué bueno verte, Billy’, y me dió un abrazo”.
“Cuando retrocedí, de repente todo se oscureció, y estaba cerca del rostro de Elvis. Y sin mover los labios, él dijo: ‘Dile a mis admiradores, a mí familia y amigos que los amo. Los veré cuando lleguen aquí ‘. Luego escuché decir a Dios, ‘No dudes, no temas’”.
Stanley dijo que Dios no tuvo que explicarle, pues él entendió a qué se refería.
“No dudes -existe un Cielo. Y no temas’ -es allí donde irás si crees con todo tu corazón que Jesús murió por tus pecados”.
Años después de esta experiencia, Stanley cree que volvió porque Dios quería que compartiera con otros lo que pudo ver en el Cielo.
En su libro, Stanley usa las Escrituras y las experiencias de vida del rockero como un manual de instrucciones para llegar al Cielo desde una perspectiva cristiana.
Además del gran éxito de Elvis, este también tuvo grandes batallas, y una de ellas fue la adicción a las drogas.
“Cuando Elvis se encontraba en problemas, volvía a la Biblia. Esa era su fuente. Lo que sea que pasara, él leía su Biblia, y caminaba considerando que era una prueba de parte de Dios”, dijo Stanley. “¿Y pasó la prueba? ¡si!”.
“La gente amaba decir: Él está en problemas. Si, lo estaba, pero que ser humano no los tiene. Todos los tenemos. Sólo que los de el se magnificaban, más de lo que realmente eran. Todos sufrimos algún tipo de adicción, aunque no sea de estupefacientes. Debemos reconocerlo y tratarlo”.
En junio, una película de Hollywood sobre la vida de Presley trajo millones de dólares a la oficina. Pero Stanley cree que el film falló en mostrar adecuadamente cómo era el artista.
“Ese no es el Elvis con el que crecí. No sé lo mostró feliz en la película. No sé lo mostró leyendo la Biblia ni nada de eso. Ese era el Elvis del día a día para mí”, enfatizó Stanley. “Había momentos donde me llamaba a su habitación, y se sentaba en su cama para leer la Palabra”.
“Me gustaría ver una película que le haga justicia a Elvis. Esta no lo hace. Lo siento, él era mucho más grande de lo que mostraron”, continuó Stanley. “Mucho de lo que se mostró acerca de Elvis era solo conocimiento general. Es por eso que este libro es completamente diferente a cualquier otro. Le quiero dar a todos una mejor perspectiva y también ayudarles en el viaje de la vida. Esto es lo que él hizo, y esto es lo que yo hice para salir adelante en la vida. Ayudará a cualquiera que quiera salir adelante”.
Stanley nombró al evangelista Oral Roberts y a Rex Humbard como mentores espirituales de Presley antes de fallecer.
“Cuando él crecía, su mamá y papá iban siempre a la iglesia. Iban a la iglesia cada domingo en realidad. De hecho, Vernon Presley me dijo que él era maestro de la Biblia”, dijo el escritor. “De ahí sacó su música, viendo al coro de la iglesia. Por eso le conmovió la música gospel, y quiso cantar”.
Cuando le preguntó porque Presley no asistía a la iglesia, “El dijo, ‘Billy, si lo hiciera, la gente me prestaría más atención a mí que al predicador’”.
“Estaba en lo cierto”, concluyó Stanley. “El miraba programas de gospel en la TV todo el tiempo, especialmente los de música. Pero como dije, constantemente leía la Biblia. De todos los que conocí en mí vida, él realmente la leía todos los días. Así que no había dudas de dónde estaba su fe”.
La última conversación que tuvieron el 14 de agosto de 1977, Stanley recordó a Presley preguntarle si creía que Dios perdonaba todos los pecados.
Stanley respondió afirmativamente. Y dijo que Presley replicó, “ Que bueno, eso quería oír”.
“Hablamos de la vida, del amor y de los planes futuros. Cuando me iba, me dió un abrazo y dijo, ‘Te amo Billy’, y le respondí que también le amaba. Cuando bajaba las escaleras me lo repitió. Yo solo le saludé con la mano… Él sabía cuánto le amaba, y cuando lo vi en el Cielo, eso me sacó toda la preocupación. Lo mejor para mí es que estaba feliz de verlo allí”.
Stanley concluyó diciendo que Presley lo había discipulado y trató de hacer lo mismo con sus fanáticos al compartir el Evangelio en sus shows.
“Si quieres ser como Elvis, y hay millones que quieren ser como él, todo lo que tienes que hacer es tomar una Biblia. Eso te dirá exactamente cómo actuar”, concluyó Stanley.